En la reunión, resumen de los tres días de encuentros, los sindicalistas expusieron las valoraciones y argumentos recogidos, de los cuales publicamos los más significativos y reiterados.
Fuimos sinceros, no les prometimos nada, solo que queríamos representarlos.
- Hay mipymes que tienen interés en vincularse con la producción de alimentos, pero dicen que se les dificulta obtener fincas o parcelas para establecerse, aunque en otras nos dijeron que no hacen ningún donativo porque el gobierno no les da nada.
- Dos de estas estructuras aseguraron que querían pintar y mejorar con sus propios recursos un parque infantil. Se acercaron al intendente del municipio, pero no han tenido respuesta.
- De las visitadas, solo el 52 % tienen disposición de afiliarse al sindicato. Argumentan, entre otras razones, falta de confianza y credibilidad en la sección sindical, no se sienten atendidos.
- Hay muchas que en el Registro Mercantil aparecen con 60 o 70 trabajadores, pero en la práctica solo tienen 5 o 6.
- Del total que teníamos registradas, 65 no existen, pues sus dueños viven en otros municipios o provincias, cambiaron de propietario, e incluso algunos han emigrado.
- Generalmente son personas con buena preparación y para debatir con ellos los sindicalistas tenemos que capacitarnos muy bien.
- Tras la afiliación de sus trabajadores, en una de ellas sumaron 46 mil pesos de Mi Aporte a la Patria, y en otras 5 mil pesos y 2 mil pesos.
- Solo 33 de los lugares visitados tienen Convenio Colectivo de Trabajo, aunque alejados de lo que deben contener, pues comprobamos que nada más recogen unos pocos intereses de las partes involucradas. Además, hay que seguir revisando las violaciones en los contratos firmados con algunas mipymes.
- Quedó demostrado que a la hora de su creación no se tuvieron en cuenta elementos directamente vinculados con derechos de los trabajadores, entre ellos las vacaciones, el pago de estas y el tratamiento a las madres trabajadoras y a las embarazadas. En algunas dicen a los trabajadores que pueden coger vacaciones, pero no les pagan. En otras no las pagaban porque estos ganaban bastante.
- Hay mipymes en que si un trabajador se accidenta laboralmente es atendido, pero no como dice el Código de Trabajo. Le dan algún dinero y nada más; sin el respaldo mensual legislado.
- Según muchos dueños, su mayor preocupación es con los bancos. Dicen que en estos hay bastante indisciplina financiera y les resulta muy difícil extraer dinero.
- Una dueña no nos atendió. Interactuamos con ella por la ventana porque ni la puerta abrió. Dijo que no quería afiliarse al sindicato, y agregó, muy molesta, que nadie en su mipyme podía afiliarse, que quien se quisiera afiliar tenía que irse de allí. Le dijimos que ella no podía decidir por los demás y respondió que a ella nadie la podía obligar. Ese caso deberá llevar un análisis más profundo.
- En otra nos mandaron a pasar y conversamos civilizadamente y al final dijeron: “Mire, no me quiero afiliar”. Bueno, a esas personas hay que volverlas a visitar, porque en sus respuestas indican que podríamos afiliarlas.
- A muchas mipymes ha llegado el sindicato en algún momento, pero a otras la organización sindical nunca ha ido.
- Directivos de mipymes se quejan de los impagos por parte de empresas presupuestadas. Les deben mucho dinero, un asunto en que hay involucrados no pocos millones de pesos.
- Encontramos una dueña de mipyme que no quiere mujeres allí, dice que ella no paga certificado ni licencias maternas. Solo quiere hombres en el lugar.
Y nos preguntamos: ¿Cómo se puede ir contra la legislación laboral que rige en el país?
Afiliación voluntaria, no obligatoria
Según rezan los estatutos del sindicalismo cubano, la afiliación es un acto voluntario del trabajador, sin más límite que la obligación de respetar los estatutos de la organización. Nadie puede ser obligado a afiliarse a un sindicato o a soportar formas de presión directas o indirectas para afiliarse o no.
Ello, ni remotamente, limita el adecuado y lógico accionar de las estructuras sindicales a fin de elevar al máximo el número de afiliados y así cumplimentar postulados básicos como son su representación, defensa de sus derechos y aspiraciones y la canalización de sus preocupaciones.
En el último Pleno del Consejo Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en noviembre del año 2023, se expuso la difícil situación existente en cuanto a la sindicalización entre los nuevos actores de la economía y se mencionó al sector de la construcción entre los de situación más complicada.
Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la CTC, recordó entonces la inconformidad de la dirección sindical con los niveles de sindicalización actuales, “y señalaba el bajo porcentaje de los trabajadores del sector no estatal”.
El fenómeno tiene presencia en todo el andamiaje laboral del país, pero con mayor impacto entre los llamados nuevos actores de la economía, es decir, en el sector privado. Prueba de ello son las últimas conferencias nacionales de varios sindicatos, donde se evidenció la señalada disminución y las fuertes y negativas implicaciones que tal situación puede tener.
No podrá olvidarse que hay sectores económicos en que más de un 30 % y más de sus trabajadores ya están en el sector privado. Por tanto una verdad se impone: no hay secretos. Es la afiliación la primera tarea de las organizaciones sindicales y para su elevación se necesita mucho trabajo, mucha voluntad, auscultar en forma permanente las inquietudes de los trabajadores.
En medio de las complejidades actuales del escenario laboral cubano, el movimiento sindical está retado a mejorar sobremanera sus métodos y resultados a fin de elevar una afiliación, disminuida en los últimos años.
Durante el proceso orgánico y en las jornadas finales de la Segunda Conferencia Nacional del Sindicato de la Construcción, del pasado año varios participantes destacaron la tendencia decreciente de una afiliación ya baja, lo que contribuyó a poner en práctica iniciativas para destrabar el asunto entre quienes laboran en las mipymes.
Manos a la obra
El inicio fue por La Habana, donde solo el 4,1 % de sus trabajadores no estatales estaban sindicalizados. Restaban por incorporarse más de 37 mil trabajadores.
Tras la complicada tarea los dirigentes sindicales participantes destacaron la necesidad de generalizar la experiencia de intercambiar cara a cara con los integrantes de las formas de gestión no estatal, a la vez que refirieron lo beneficioso del estudio a que es sometido el Código de Trabajo a fin de adecuarlo más a la impronta aportada por el aumento significativo del número de nuevos actores en la economía nacional.
Misael Rodríguez Llanes, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, precisó que en total esa organización cuenta con poco más de 124 mil afiliados. “El reto es visitar las mil 500 mipymes que tenemos en todo el país, pues aunque entre los no estatales hemos afiliado más de 12 mil 500, aún nos restan poco más de 91 mil 500”.
Leobanys Ávila Góngora, del Secretariado Nacional de la CTC, se refirió a mantener la sistematicidad en la labor de afiliación, y precisó que en estos tres días se había logrado más que en meses de trabajo, algo que no podía tener marcha atrás.
Dijo además que se imponía trabajar con aquellos que ahora se negaron a sindicalizarse. “Será una forma de evitar que prevalezcan esas ideas por encima de los intereses de los colectivos laborales”.