Licenciado en Laboratorio Clínico de la Universidad de Ciencias Médicas Zoilo Marinello, de Las Tunas, donde cursó con Título de Oro, el joven José Mariano Vidal Alcina, hace 16 años pone al servicio de los pacientes los conocimientos adquiridos de la especialidad en el hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara.
De temperamento inquieto, Mariano parece portador del don de la ubicuidad, para atender simultáneamente diversas tareas laborales y sindicales, pues ha sido financista y secretario general de la sección sindical de esa área y lleva seis años conduciendo los destinos del Buró Sindical en la más importante instalación sanitaria de este territorio del oriente cubano.
Y en estos día es voz de los más de dos mil 200 trabajadores del centro en la Segunda Conferencia Nacional del Sindicato de la Salud, que inició sus sesiones en La Habana y ocupa silla en calidad de delegado, cita a la que acude con muchas expectativas.
¿Qué significa para ti asistir a la Conferencia?
«Es un honor tener la posibilidad de exponer el sentir de nuestros trabajadores, tanto sus preocupaciones como agradecimientos, siempre con la óptica del ¿qué más podemos hacer para elevar la eficiencia de los servicios frentes a las complejidades actuales?, y tomar de primera manos para trasmitir al colectivo las experiencias adquiridas, lo aprendido.”
Y una responsabilidad…
“Claro, soy representantes de protagonistas de epopeyas diarias que enfrentan carencias”, lo afirma con la misma pasión con la que pone sus saberes a la salvación, en la búsqueda de signos en los enfermos que les permitan a los especialistas diagnósticos acertados.
Esa es la manera de interpretar el quehacer de sus compañeros, integrantes del Ejército de Batas Blancas, que en los salones, consultas, pasillos, oficinas… del centro acuñan historias de heroísmo cotidiano que no pueden quedar en el anonimato.
Lo dice y reflexiona en torno a esa denominación, hecha por el Líder Histórico de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que “convoca a estar a la altura del reconocimiento que sugiere, y seguir fiel a su legado humanista y a sus desvelos por la salud del pueblo”, enfatizó.
Es consciente y pone en práctica un principio insoslayable: “Siempre al hombre, a las personas hay que atenderlas, escucharlas y hablarles con la verdad. Cuando tienen algún criterio o insatisfacción, y si la solución está en mis manos, pues problema resuelto y si no, pues el compromiso de buscarla y hacerlo, claro, para generar confianza entre los afiliados y trabajadores”.
Sus actuaciones en el cargo que asume como activista, que no profesional, lo demuestran, “hay que dedicarle mucho tiempo a velar por el funcionamiento de las 74 secciones sindicales”, afirmó sobre una función extra laboral que realiza hace ya más de 18 meses y que combina con su trabajo en el laboratorio, con las guardias incluidas y el apoyo a cualquier otra tarea.
Reseñó que las principales inquietudes de sus colectivos laborales están relacionadas con los salarios y la atención al hombre en sentido general, “cuestiones que espero tengan la mirada y las proyecciones necesarias».
Su trayectoria está dominada por un envidiable afán de superación constante: “también soy graduado de técnico de nivel medio en Contabilidad y Finanzas” . Recordó que cumplió el servicio social en la Dirección Provincial de Salud durante cuatro años, “luego cuando genética médica salió del hospital Guevara y abrió como una dependencia de la unidad presupuestada de salud fungí como Económico durante dos años”.
¿Qué significa ser para ti dirigente sindical?
“Para mí ser dirigente sindical es contraer un compromiso muy serio con los afiliados, que exige decisión de defender sus intereses, organizarlos, convocarlos y guiarlos, y también salir al frente a cualquier manifestación de indisciplina, porque eso ayuda a la educación del trabajador.
“En este ejercicio he aprendido mucho y te incorpora valores como la responsabilidad, la humildad que son rasgos que deben caracterizar a los dirigentes y mucho más a los del sindicato”, resumió.