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Jugada cantada en comicios de El Salvador

Este domingo 4 de febrero unos 5,4 millones de salvadoreños, aptos para ejercer el sufragio, están convocados a las urnas para elegir presidente, vicepresidente y 60 diputados a la Asamblea. Para algunos se trata de una jugada cantada, donde el gran favorito es Nayip Bukele (San Salvador, 1981), quien meses atrás renunció al mandato presidencial para postularse a un segundo mandato.

En septiembre del 2019, en su primera intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Nayip Bukele, se tomó una selfie desde el podio del orador: “Es un privilegio y honor que quise compartir con todo el mundo, ya que el mundo, el nuevo mundo, ya no está en esta Asamblea General, sino al lugar a donde irá esta foto, a la red más grande del mundo, donde miles de millones de personas están conectadas prácticamente todo el tiempo y en todas las facetas de la vida”, dijo el mandatario salvadoreño ante un auditorio que para entonces se hallaba semivacío. Foto: Onu Noticias

En teoría, la Constitución de El Salvador no permite la reelección, pero Bukele consiguió un fallo favorable de la Corte Suprema de la Justicia y cuenta además con un notable respaldo popular.

Bukele, de formación publicista, proviene de una familia de migrantes palestinos. En apenas cuatro años de mandato introdujo el bitcoin como moneda oficial, organizó unos Juegos Centroamericanos dignos cuando el evento quedó sin país sede, declaró el estado de excepción para “meter en cintura” a las bandas criminales, y ha encarcelado a más de 60 mil presuntos pandilleros y delincuentes.

El rédito que más le agradecen los electores es haber convertido a El Salvador en uno de los países más seguros de América Latina, donde la tasa de asesinatos ha descendido de 36 a 2,4 por cada 100 mil habitantes.

Según la más reciente encuesta de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), este domingo el partido Nuevas Ideas, con su candidato Nayip Bukele, obtendría el 81,9% de los votos. El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), con Manuel Flores como aspirante a la presidencia, tendría que conformarse con el 4,2%; mientras que el resto se distribuiría entre Joel Sánchez, de Alianza Republicana Nacionalista, Arena (3,4%); Luis Parada, de Nuestro Tiempo (2,5%); José Renderos, de Fuerza Solidaria (1,1%); y Mariana Murillo, de Frente Patriótico Salvadoreño (1%).

El estudio de la UCA augura además que al menos 57 de los 60 diputados del Congreso serán militantes de Nuevas Ideas, cifra que podría incrementarse con los votos de los salvadoreños en el exterior.

De hacerse realidad tal pronóstico, algunas organizaciones políticas podrían ver comprometido su futuro pues la ley de partidos políticos de El Salvador establece un mínimo de 50 mil votos válidos y un diputado a la Asamblea legislativa para mantener activo su registro.

“La foto de esa encuesta dice que nos acercamos hacia un régimen o de partido único o de partido hegemónico. El partido hegemónico es un partido predominante que tiene otros partidos pequeños que son de ornato para aparentar pluralidad”, sostuvo Omar Serrano, vicerrector de Protección Social de la UCA.

Las denuncias de corrupción han pesado sobre las principales figuras políticas de los partidos que otrora gobernaron el país (Arena y FMLN). Dos expresidentes de Arena, por ejemplo, —Francisco Flores (1999-2004) y Tony Saca (2004-2009)— fueron procesados por lavado de dinero y peculado, entre otros cargos; mientras que Alfredo Cristiani (1989-1994), ahora prófugo de la justicia, está siendo juzgado por su presunta participación en la matanza de seis sacerdotes jesuitas y sus colaboradoras, crimen perpetrado por un comando del ejército en 1989.

El exmandatario Mauricio Funes (2009-2014), del FMLN, por su parte, enfrenta en ausencia siete procesos penales, mientras que su sucesor, también del FMLN, Salvador Sánchez Cerén (2014-2019) está siendo inculpado de un supuesto caso de lavado de dinero y peculado.

Una vez cerrada la campaña electoral y confirmada la victoria a Bukele, este deberá enfrentar otros desafíos para los cuales no bastarán los golpes de efecto mediático ni las habilidades comunicativas del joven ejecutivo que destroza paradigmas y se toma selfis ante el podio del orador en la Asamblea General de las Naciones Unidas: la economía de la nación centroamericana apenas creció un 2,3 % en el 2023; la deuda externa asciende al 85 % del pib; y un tercio de la población sigue viviendo en la pobreza.

 

 

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