Cuba cuenta en la actualidad con mil 236 comunidades en transformación, que reciben atención directa de las estructuras de Gobierno para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
Para esclarecer los propósitos de ese proyecto de marcada sensibilidad, Jorge Luis Perdomo Di-Lella, vice primer ministro de la República, comentó hoy ante la Comisión Nacional de Prevención y Atención Social que una de las aristas de los cambios en los cuales se centra la alta dirección del país radica en la atención a la vulnerabilidad de tipo económica que viven algunos grupos poblacionales.
La nación antillana, precisó Perdomo Di-Lella, cuenta con mil 410 consejos populares, una estructura local que debe participar activamente en la prevención y detección de aquellas personas que están más necesitadas en materia de recursos.
Sobre un aspecto como la prevención temprana de posibles situaciones que indiquen vulnerabilidades y riesgos en la ciudadanía, el vice primer ministro apuntó que es uno de elementos claves que sustentan la equidad, la justicia social y los propósitos de desarrollo humano del sistema socialista cubano.
Esa iniciativa asume de manera directa cuáles son las principales problemáticas que afectan a grupos poblacionales como la niñez, la adolescencia y las juventudes, las mujeres, las personas de la tercera edad y a quienes por motivos reales viven situaciones desfavorables ante el resto de sus coterráneos, expresó.
Afirmó que muchas de esas vulnerabilidades se asocian a disfunciones en las familias y a precariedades económicas que derivan en el alcoholismo, el consumo de drogas, el embarazo adolescente y la violencia de género, conductas en las que la máxima dirección del Estado y el Gobierno cubanos, junto al sistema de instituciones, se encargan de atenuar.
La Revolución ha defendido desde los comienzos sus conquistas sociales como son la salud, la educación, la cultura y el deporte, y para reforzarlas se aprobaron recientemente las medidas económicas que corregirán distorsiones acumuladas en la nación, añadió.
Dijo que en medio de la tensa situación que atraviesa Cuba, se le otorga prioridad a quienes son menos favorecidos, porque permite su incorporación a la vida en sociedad, al trabajo y, en consecuencia, genera riquezas.
Consideró que la transformación de las comunidades y la atención a las vulnerabilidades requiere de una mirada y de un mecanismo de trabajo intersectorial, donde intervengan las organizaciones políticas, sociales y de masas, los órganos locales del Poder Popular, el sistema empresarial y actores tan importantes y necesarios como los trabajadores sociales.
El bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos hacia la mayor de las Antillas busca la exacerbación de las carencias materiales en los hogares cubanos, por eso debemos lograr que nadie quede atrás ni que sienta que está desamparado, afirmó el vice primer ministro de la República.
Señaló que en estos momentos es imposible escapar del encarecimiento del costo de la vida y de la inflación, pero ese panorama obliga a tender la mano a quienes verdaderamente lo necesitan.
Perdomo Di-Lella manifestó que ese control y las respuestas a las demandas de las personas vulnerables requieren de sensibilidad.
Se trata de conseguir un equilibrio entre la sostenibilidad económica que necesita Cuba, sin que se afecten las poblaciones que aún poseen brechas de acceso a determinados recursos, y desterrando el enfoque asistencialista, explicó.
El vice primer ministro instó a poner una mirada crítica ante quienes están en edad económicamente activa, pero no trabajan y no aportan a la sociedad, mientras en otros sectores se buscan salidas para mejorar la calidad de los servicios.
Se ha concebido una parte del presupuesto del Estado a la protección social, pero debe hacerse con rigor y efectividad, anotó.
La esencia de este proceso pasa, aseguró Perdomo Di-Lella, por la defensa de los valores de justicia de la Revolución y de los derechos de todos los cubanos.