Con la victoria en el sexto desafío de Matanzas sobre Las Tunas (6-4), se completaron los finalistas de la segunda Liga Élite del Béisbol Cubano, cuyo color será bien rojo y no solo porque los uniformes de ambos equipos así lo aseguran (Artemisa lo usa combinado con blanco), sino porque promete ser un play off peleado y en no menos de seis partidos.
La tropa de Armando Ferrer sigue siendo la más reforzada de todas y su ofensiva en la semifinal impresionó a tono con su alineación: más carreras anotadas (46), más imparables (67), más jonrones (13), más average (319), y mayor OPS (928). Yurisbel Gracial-Yordanis Samón-Rusney Castillo es un trío que metió miedo con 24 impulsadas y 10 cuadrangulares. Eso sin contar que Yordan Manduley y Eduardo Blanco están rindiendo un mundo con el madero y a la defensa.
Sin embargo, ninguna historia es igual a la otra y Artemisa saldrá desde este martes al estadio Victoria de Girón convencida que puede mejorar ese segundo lugar, histórico por demás, pues nunca antes un equipo de ese joven territorio había subido al podio en un campeonato nacional de béisbol.
El duelo inicial debe ser entre los zurdos Yoennis Yera por los yumurinos y Geonel Gutiérrez por los visitantes. Tan importante será el pitcheo que los dos mentores escogieron sus últimos refuerzos para esa área: Yadian Martínez vestirá de rojo-amarillo y Raymond Figueredo lo hará de rojo-blanco. Sin embargo, lo decisivo no parece recaer en los abridores, sino en los relevistas y cerradores, donde ligeramente los artemiseños tienen un “arma secreta” y casi imbatible como Liván Moinello.
El buen ambiente que promete esta final transita por ver si el equipo sorpresa del torneo (no obstante, en semifinal era ligeramente favorito sobre Industriales) puede destronar a la selección más completa de la Liga, que no se bajó apenas del puesto de honor en la ronda clasificatoria e integralmente muestra los mejores números.
La defensa de Artemisa deberá pulir la concentración y anticipación a las jugadas si no quiere sufrir derrotas por pifias de principiantes; mientras Armando Ferrer no debe temblarle la mano para sentar a quienes no están bien con el madero, pues jugadores de sobra tiene en el banco esperando sus oportunidades.
Finalmente, llamo la atención sobre los aficionados y el arbitraje. En ningún caso los hombres de negro deben robarse el show y culparlos de algún resultado adverso o derrota no es justo, pues un lanzamiento más adentro o más afuera no decide pleitos. En más de una ocasión lo hemos escrito: jamás hemos visto a los mejores jugadores justificar o protestar un envío. Y sin dudas, el replay ayuda enormemente a rectificar las decisiones en bases.
Para quienes vuelven a los estadios a apoyar al equipo de su provincia, solo lo convidamos a que desborden iniciativas y hagan respirar de nuevo béisbol en una Liga Élite perfectible, pero necesaria, sobre todo cuando este 14 de enero festejamos los 62 años de haberse creado nuestras Series Nacionales.