Sancti Spíritus.- La capacidad de superación de Yani Suárez no conoce límites. Sabíamos algunas cosas sobre ella y su quehacer profesional. Por ejemplo su pasión por el boxeo ya había sido un tema tratado en estas páginas.
En aquella ocasión nos contó como se convirtió en arbitro y ¡de las buenas!, sin embargo, a pesar de lo amplio del dialogo de ocasión nos ocultaba un “secreto”, que afortunadamente “desclasificó” para Trabajadores en uno de los pocos espacios que deja el Torneo Playa Girón,
“Llevo casi toda mi vida practicando judo. Fue mi primer “amor”, dice sorprendiéndonos muy cerca de un hotel de esta ciudad, donde se hospedan los jueces que actúan en la lid.
“Soy arbitro también de ese arte marcial, pero mira tú, lo logré primero en el boxeo. Aclaro que hace tiempo soy entrenadora de judo en un área deportiva en la ciudad de Cienfuegos”.
Reconoce la también cinta negra y Segundo Dan mientras abordamos la guagua, que nos traslada a la Sala Yayabo, la dificultad y diferencias entre el arbitraje de ambos deportes.
“La preparación del árbitro de judo es diferente al del boxeo. Son disciplinas de mucha acción, pero de técnicas, dinámicas y ángulos de decisión diferentes. Reconozco que me es más complicado impartir justicia en el judo a pesar de que lo domino”, asevera sonriendo.
“Son iguales en algo fundamental, nos toca hacer nuestra labor con seriedad y responsabilidad. De ahí viene la nota más importante”, señala.
Yani se disculpa luego de llegar a nuestro destino. Con paso rápido se suma a sus colegas y seria, responsable y dispuesta se enfrenta al reto de ocasión. Impartir justicia sobre y a un costado del ring.
¿Yo?, por supuesto, feliz de ser “cómplice” de un “secreto” que ya no lo es tanto. Quizás olvidó que se lo contó a un periodista.
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