Fotos Manuel Armas Losada (Grupo Palco)
Muy jóvenes eran cuando iniciaron su vida laboral con la inauguración del Palacio de Convenciones el 3 de septiembre de 1979 al efectuarse en La Habana la VI Cumbre de Jefes de Estado del Movimiento de Países No Alineados.
A partir de entonces la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz quedó grabada entre quienes en distintos puestos de trabajo vieron su imagen y otros tuvieron el honor de dialogar con él en esa y muchas otras ocasiones allí, según vivencias ofrecidas por una representación de jubilados reincorporados al quehacer de esa instalación.
Gisela Marrero Vidal forma parte de esa legión de fundadores. “Fidel siempre impresionaba”, afirma maravillada por el recuerdo.
“Te extendía su mano y te hacía muchas preguntas sobre tu área de trabajo. Yo era gastronómica y fui seleccionada para atenderlo y en varias ocasiones conversé con él, aunque me ponía nerviosa”, manifiesta sonriente.
Como una apreciada joya Clara Jaime Blanco conserva una foto junto al máximo líder de la Revolución Cubana. “Cuando hablaba contigo tenías que estar preparado porque podía preguntarte cualquier cosa, lo que menos imaginabas”.
Así le sucedió en una ocasión. “Alguien dijo: ¡ahí viene el Comandante! y llegó a donde estaba yo. Quiso saber cuántas habitaciones tenía el Hotel Palco, cuál era el menú que había en las mesas del restaurante Bucán y qué cocinero lo había elaborado”.
“Dialogué con él y cuando pasaron algunos días me entregaron una foto con una dedicatoria. Para Clarita Jaime: cariñosamente Fidel Castro Ruz”.
Lino Pérez Cabrera –también gastronómico- era un joven veinteañero. Refiere que se encontraba trabajando en el bar número 2 del Palacio cuando se celebraba un congreso estudiantil Fidel se le acercó y le dijo: “Dame un cafecito rico de los que hacen aqui” y de inmediato me preguntó si yo iba a estar mucho rato allí.
Entre anécdotas y remembranzas, los fundadores evocaron la excelente memoria del Comandante en Jefe le y la importancia que le otorgaba siempre a este sitio escenario de históricos y trascendentales eventos nacionales e internacionales. De ahí el testimonio de Rodolfo Valdés Castaño al relatar que Fidel nos decía que el Palacio de Convenciones era “la vanguardia de la retaguardia”.
Clara retoma la palabra y señala que siempre tiene presente aquella frase y un gesto cariñoso de Fidel al expresarle: “muchachita, tu como siempre”, después de retratarse junto a nosotros o cuando al escuchar que ella estaba de cumpleaños mientras trabajaba, “me dio un abrazo y dijo: que cumplas muchos más”.
Motivo de satisfacción y emoción tuvieron aquellos jovencitos y jovencitas que hoy peinan canas y mantienen imperecedero el recuerdo y la imagen del máximo líder de la Revolución Cubana.