Cargando...Predominarán los nublados en gran parte del país, con lluvias, chubascos y tormentas eléctricas en la región oriental, las que pudieran ser fuertes en algunas localidades, siendo escasas en el resto del archipiélago.
Día invernal en gran parte del país
Las temperaturas mínimas en la madrugada estarán entre 18 y 21 grados Celsius, en la región occidental, inferiores en algunas localidades y entre 20 y 23 grados Celsius en las regiones central y oriental. El día será fresco con temperaturas máximas entre 24 y 27 grados Celsius.
Los vientos serán del noroeste en occidente y centro con velocidades entre 15 y 30 kilómetros por hora, con rachas superiores. En la región oriental serán variables y débiles, desde la tarde pasarán a ser del noroeste y del norte con velocidades entre 10 y 25 kilómetros por hora, con rachas superiores.
Persistirán las marejadas con salpicaduras durante todo el día en la costa norte occidental y se producirán ligeras acumulaciones de aguas en zonas bajas de este litoral en la madrugada. Habrá oleaje en la costa norte de las regiones central y oriental, así como en el sur oriental y de la Isla de la Juventud. En el resto de la costa sur habrá poco oleaje.
Nota: En áreas de chubascos y tormentas eléctricas, puede incrementarse la fuerza del viento y la altura de las olas.
Sin avisos previos
¡Qué bueno!… Que haya mucha agua para nuestros agricultores y ganaderos. Siempre recuerdo, desde la niñez a un diciembre como un mes de «tormentas», lo mismo la lluvia fina con viento (las precipitaciones de latitudes que nos tocaban, fango en lugar de nieve). Eran escenarios comunes que nos acompañaron por años, durante las reuniones familiares para meser, dar vueltas, hornear, degustar el puerco asado y otras golosinas del 24 de «noche buena» en diciembre y; luego el esperado frío seco con las doce uvas en familia y salir entonces de parrandas de fin de año. (cosas de costumbres y tradiciones consumistas)
Realmente nunca fue así para los laboriosos azucareros en la «zafra chiquita», ellos festejaban en complicidad con el norteño frío seco, que los obligaba a aprovecharle el máximo rendimiento de la caña de azúcar bajo la interesada gestión encadenada (al modo privado, al modo de dueño, con explotación retribuida) de la industria y la parte de «corte y tiro» agrícola, del colono azucarero, quien también era colonizado.
Fuera del gasto de la «buena noche» y el «fin de año», todo el esfuerzo seguía fijado en el ahorro para enfrentar con alguna reserva los malos temporales, y tiempos del año por llegar.
Mil gracias, por los pronósticos sobre «lluvias fuertes e intensas»; de eso también había. Igual para quienes les tocaban las desgracias si avisos previos por localidades.