El amor infinito a la Patria y la voluntad de continuar la lucha emancipadora por parte de Fidel y sus compañeros de acción fueron nuevamente resaltados en el acto por el aniversario 67 del rencuentro en Cinco Palmas de los expedicionarios del yate Granma que sobrevivieron al asedio enemigo después del combate de Alegría de Pío.
Perteneciente al municipio de Media Luna, en ese paraje, henchido de espiritualidad, se reunieron los lugareños en representación del pueblo cubano para honrar a los protagonistas de aquella hazaña y relatar la anécdota inconmensurable del líder histórico cuando al contar sólo 12 hombres y siete fusiles expresó: “Ahora sí ganamos la guerra”, y sus palabras se hicieron realidad en poco más de dos años.
En la celebración político- cultural, presidida por Wilber Jerez Milanés, miembro del Buró Provincial del Partido en Granma, se entregaron los carnets de la Unión de Jóvenes Comunistas a nuevos militantes en tanto se reafirmaron los compromisos de defender la obra social alcanzada.
Aliuska Jerez Aguilar, Primera Secretaria del PCC en Media Luna, al comentar parte de los acontecimientos de la efeméride detalló las tareas que deben acometerse para celebrar con mayor júbilo el advenimiento del 65 aniversario del Triunfo de la Revolución Cubana y aseguró que todos los logros serán posibles con la participación de los trabajadores, los estudiantes y la sociedad en general.
Por su parte Mailín Elías Ramírez, directora del Centro Provincial de Patrimonio en la suroriental provincia, al hacer valoraciones sobre los hechos señaló:
“Nombrar aquel 18 de diciembre de 1956 es reafirmar que ese día la continuidad histórica de la lucha independentista, iniciada por Céspedes en La Demajagua, en 1868, germinó como semilla fecunda en el espíritu de una generación rebelde y gloriosa que estuvo respaldada por un pueblo urgido de alcanzar la verdadera emancipación.
“Aquella noche extraordinaria en que un cielo iluminado, una luna ancha, un pequeño cañaveral y cinco palmas fueron testigos del grito profético de Fidel, a Cuba le nacía la certeza de lo posible, desde la inquebrantable fe en la victoria de un puñado de hombres que la historia convirtió en miles, en millones”, concluyó.
Luego del reencuentro de los máximos líderes de la insurrección y otros compañeros se inició desde aquel sitio la épica travesía hasta la Sierra Maestra para forjar el victorioso Ejército Rebelde el que a cada paso se fue nutriente de otros valerosos hombres.