El mandatario se reunió entonces con el líder cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y con el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien llega ahora a la nación persa para continuar fortaleciendo las relaciones bilaterales.
Los lazos de amistad entre ambos pueblos y gobiernos fueron cimentados por los padres de las dos revoluciones, la iraní del ayatola Ruhollah Jomeini y la cubana del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Entre el 8 y el 10 de mayo de 2001, Fidel realizaría una visita oficial a este país, donde rindió homenaje a Jomeini y tuvo un recibimiento apotiósico por parte del pueblo iraní y por los estudiantes de la Universidad de Teherán y la Universidad Tarbiat Modares (pedagógica).
En aquellos intercambios con los jóvenes, Fidel contaría sobre su visita al Mausoleo del Ayatola Jomeini y también a la casa donde este vivió. Y confesaría a los estudiantes haberse sentido impresionado por «la humilde tumba de un humilde hombre que vivía en una casa humilde», y que supo derrotar «al más poderoso y mejor armado gendarme del imperio» en aquella región.
El Comandante en Jefe sostendría entonces un encuentro con el líder supremo de Irán, el ayatola Alí Jamenei, con quien había coincidido en 1986 en Harare, Zimbabwe, durante la VIII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL).
Según reveló en noviembre de 2020, en ocasión del cuarto aniversario del fallecimiento del Líder Histórico de la Revolución cubana, el portal Khamenei.ir, sitio de publicaciones del Líder de la Revolución Islámica de Irán, en aquella reunión del 9 de mayo de 2001 Jamenei le diría a Fidel:
«Me alegra mucho volver a verlo. En Teherán, está usted entre gente que lo conoce bien y que lo aprecia. Yo lo conozco desde hace años, y nuestra gente tiene en alta estima su nombre y sus buenos posicionamientos. Sin duda, los puntos en común y las afinidades que compartimos han tenido un papel importante en la creación de los cordiales y espirituales lazos que existen entre nosotros. Cuando yo lo vi por primera vez, en Zimbabue, sentí entre nosotros una estrecha conexión. Eso se debe a las afinidades y a las creencias y posturas comunes que compartimos. Espero que su visita a Irán abra un nuevo capítulo en las relaciones entre nuestros países. Aunque estamos lejos geográficamente, podemos tener vínculos y relaciones estrechos».
Cuba, lugar cercano
En los últimos lustros, todos los presidentes iraníes han visitado Cuba, donde fueron recibidos por el Comandante en Jefe cuando estaba en ejercicio de sus funciones de Estado y luego, hasta su marcha, y por el General de Ejército Raúl Castro Ruz.
Este año, con la estancia en La Habana de Seyyed Ebrahim Raisi, las dos naciones acordaron vigorizar sus relaciones económicas e impulsar los vínculos comerciales, la inversión y la cooperación, tomando como paradigma los estrechos nexos creados en el sector de la biotecnología, que para Raisi es un ejemplo de complementariedad que debe extenderse a otras áreas, como la generación eléctrica, la minería y el intercambio de tecnologías.
La transferencia de la tecnología de la vacuna Soberana, contra la COVID-19, por parte del Instituto Finlay de Vacunas al Instituto Pasteur de Irán, y antes el trabajo que realizaron ambos centros científicos con la vacuna cubana contra el neumococo, no son solo símbolos de las relaciones bilaterales, sino también, una evidencia irrefutable de las capacidades de Cuba e Irán para desarrollar nexos en el área del conocimiento para bien de la salud de sus pueblos y los del resto del mundo.
La visita de Raisi en el verano pasado a La Habana, se sellaría con la firma de seis acuerdos entre ambos países, incluyendo un programa de cooperación integral que estrecha el marco actual de la colaboración entre los gobiernos, consultas políticas intercancillerías, cooperación en el campo de la nuevas tecnologías de la informática y las telecomunicaciones, cooperación aduanera y en el ámbito del sistema judicial.
Irán y Cuba establecieron relaciones oficiales el 10 de febrero de 1975 y se han construido por más de 40 años.
La estancia de Díaz-Canel en Teherán, además de reciprocar las últimas visitas de los presidentes iraníes a la Isla, contribuirá a estrechar los ya sólidos vínculos políticos y diplomáticos y a la decisión de ambos países de elevar sus vínculos económicos al mismo nivel de sus relaciones políticas y diplomáticas.
