Los primeros copos de nieve caídos la tercera semana de noviembre en Kiev no solo anuncian la llegada del invierno, sino también el posible inicio de una nueva y definitoria etapa en el conflicto bélico entre la Federación Rusa y Ucrania.
A solo tres meses de un nuevo aniversario del inicio de la Operación Militar Especial por parte de Rusia, con el objetivo más de una vez precisado por el Kremlin de desnazificar y desarmar el vecino Estado, las cosas para las Fuerzas Armadas ucranianas y concretamente para el actor-presidente Volodomir Zelenski no van nada bien.
Fracasada la “contraofensiva” iniciada en junio con bombo y platillo, ya constituye un fiasco reconocido incluso por la jerarquía militar ucraniana y los “donantes” de la Organización del Atlántico Norte (Otan) y la Unión Europea.
En especial para el “padre de la criatura”, no Joe Biden, sino el Gobierno estadounidense y los servicios de inteligencia que crearon y lo han sostenido hasta el momento, con lo cual embarcaron en esa aventura a sus socios del otro lado del Atlántico.
Puede anotarse desde ya lo que muchos expertos estadounidenses y de otras naciones ven como el segundo desastre en política internacional del Gobierno de Biden, luego de la vergonzosa estampida para huir de Afganistán.
Ayer maravilla fui, hoy sombra de mí no soy
Como explicar si no la ausencia en los espacios privilegiados de los medios occidentales y no solo por la presencia en el escenario internacional del genocidio que lleva adelante Israel en contra del pueblo palestino.
La imagen del gran luchador por la “democracia” para salvar incluso a Europa occidental del peligro ruso, va quedando a un segundo o tercer plano, y solo aparece cuando habla de “un nuevo plan” para lograr la tan ansiada victoria.
En lo interno, cada vez son más las voces que cuestionan su papel como jefe del caos en que ha convertido al país. Madres, esposas e hijos de los soldados ucranianos en el frente exigen que sus seres queridos no mueran por su culpa y regresen a casa.
¿Hasta cuándo?, se preguntan, y el reclamo se convierte en un problema más, junto con los escándalos por corrupción, algo que no sorprende y complica más las relaciones con los mandos militares que hacen públicas las opiniones sobre el estancamiento de sus tropas, a pesar del disgusto de su jefe, quien solo ha ido de visita al frente de batalla para fotos y videos propagandísticos.
Para el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguéi Narysnhkin, “Occidente exige a Kiev que demuestre a la comunidad internacional la imposibilidad de que Rusia venza en el conflicto ucraniano, a pesar de las pérdidas”, según informó Rusia Today.
Medidas desesperadas
Narysnhkin afirmó que con las últimas medidas “el régimen demostrará su naturaleza nazi, al enviar a jóvenes de 17 años al horno de la guerra. Esto recuerda la actuación de la cúpula alemana en el otoño de 1944 cuando fundó la Volkssturm, en la que había pelotones infantiles de las Juventudes Hitlerianas”.
Para el multimillonario estadunidense Elon Muk, “Zelenski debería dejar de enviar a la flor de la juventud ucraniana a morir en las trincheras”
En comentario del diario británico The Guardian “Zelenski tiene miedo a que se repita el “fenómeno Curchill”, cuando el Primer Ministro perdió las elecciones del 45 siendo un líder militar de éxito”. Para agregar, “una serie de factores internos y externos se combinaron para crear quizás el ambiente más pesimista sobre las perspectivas de una victoria ucraniana rápida y decisiva sobre Rusia. A fines del año pasado y principios de este había mucha euforia. Ahora vemos el otro extremo, la bajada”-
Mientras, el mandatario da señales de preocupación, habla de cinco o seis intentos de asesinarlo, no está de acuerdo en que las elecciones del próximo año se lleven a cabo en el país, “porque favorecerían a Rusia y, además, necesitaríamos ayuda económica para su financiamiento”.
El 5 de noviembre de este año el mandatario ucraniano pidió más ayuda militar y pretendió atemorizar a sus aliados al afirmar “que si Rusia nos mata a todos nosotros, atacará a países de la Otan y ustedes (tendrán) que mandar a sus hijos a pelear”, según despacho de Reuters.
Y en recientes declaraciones a la prensa, Zelenski fue muy claro,
“hemos trabajado muy estrechamente con Estados Unidos y si algo cambia, naturalmente que tenemos miedo”.
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