El capitalismo no es un problema de los economistas, los politólogos y los intelectuales: es de los pueblos, enfatizó el académico argentino Julio Gambina, en una de las conferencias magistrales que dejó inaugurada esta tarde el XIV Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, en presencia del Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
A un cuarto de siglo de su primera edición y luego de más de diez años sin poder realizarse en el país, se destacó la capacidad de convocatoria de Cuba para liderar estas citas que organiza la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec), donde expertos de diversas corrientes teóricas y políticas analizan las tendencias del capitalismo contemporáneo, y construyen propuestas de alternativas.
Al respecto, Gambina recordó la atención que prestaba el Comandante en Jefe Fidel Castro a este evento, como oyente y activo participante en sus sesiones, que ahora vuelven al Palacio de las Convenciones de La Habana: “Cuba ofrece la posibilidad de sostener un debate civilizatorio de la situación mundial, tal y como lo exige este momento histórico”, subrayó.
La naturaleza compleja del capitalismo en su dimensión económica, política, cultural y de la vida cotidiana fue desnudada por el experto, quien definió como principal tendencia actual la ofensiva del capital contra el trabajo, la naturaleza y la sociedad.
En esa comprensión del sistema capitalista como una relación social contradictoria, Gambina subrayó la importancia de las contratendencias que se le oponen y completan, tales como el multilateralismo y el sujeto popular como alternativas.
Al abrir la sesión, el presidente de la Anec, Oscar Luis Pentón, trazó una panorámica de la coyuntura mundial, donde crecen los gastos militares, los flujos migratorios, los conflictos bélicos, la brecha tecnológica, la inflación y otros males cuyas principales víctimas son los países subdesarrollados.
José Luis Rodríguez, académico cubano del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, presentó el impacto que tiene la desfavorable evolución económica mundial sobre la economía cubana, sujeta además al férreo bloqueo del gobierno de los Estados Unidos.
El primer ministro Manuel Marrero Cruz, el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación Alejandro Gil Fernández, el ministro de Finanzas y Precios Vladimir Regueiro Ale, y el jefe del departamento económico productivo del Comité Central del Partido, Joel Queipo Ruiz, también participaron en la inauguración de Globalización 2024, cuyas sesiones continuarán hasta el viernes.
«Debate civilizatorio sobre situación mundial». Es un honor para Cuba intentar alcanzar el grado universal de conciencia, de pretender encauzar definitivamente la fuerza motriz acumulada para aprovechar ese inexorable avance y dar una nueva vuelta en espiral al injusto mundo regido por la no superada prehistoria incivilizada del llamado éxito capitalista. Del uso despiadado que genera ese tipo de capital, su modo de querer perpetuarlo; sin percatarse que le precedieron épocas, sistemas economicos, sociales, politicos que se resistieron al cambio durante milenios, siglos de guerra incivilizada, conquistas con fines de expoliar a otros pueblos, de privar a otros con la violencia supremacista, de usurpar al otro de lo que goza y tiene por derecho histórico.
Lograr el cambio definitivo de época para construir una historia sin esa carga prehistórica de riquezas mal habida y mal repartidas parece la única vía.
En el camino muchos han seguido la inercia, tal vez no deshonesta, de poner el indicador hacia la «izquierda, hacia el progreso», de lograr ese peldaño cíclico en espiral; pero sin embargo continúan moviendose por la única senda construida hacia la «derecha» hacia el movimiento pendular que cuando alcanza dar la vuelta completa sigue de modo circular atado al mismo eje.
Tales intentos positivos y honrados no han logrado modificar el estado de
reposo prehistórico de inercia desigual, de convertir la diversidad, de dejar de moverse bajo la influencia de las tradicionales fuerzas que actúan sobre él, las de regímenes expoliadores de la guerra, la apropiación y concentración irracional de riquezas, discriminatorias.
Cualquier debate mundial nos obliga a crear herramientas para construir esa vía, esa senda de progreso universal real acorde con el indicador que muchos pueblos han intentado seguir para abandonar la dirección prehistórica diseñada por el mismo desarrollo de ese tipo de capital económico y humano; y no el otro que también existe.
Gracias Cuba por mantener viva la llama del intento.