Santiago de Chile.- Con 34 años muchos son los recuerdos deportivos y de preseas que tiene el hijo de Andrés y Mayté. Este primer día de noviembre suma una histórica plata panamericana en el single varonil del tenis de mesa. Andy Pereira es, por mucho, el más conocido de su disciplina de esta generación y hoy uno de los atletas más felices de delegación cubana, pues suma además el oro del doble varonil.
Ha tenido días intensos con partidos claves en sus aspiraciones de mejorar los dos bronces (por equipos) que sumaba en estas citas múltiples de América. Por eso cada una de las victorias las disfrutó también como si fuera una final. Ya en esa instancia cedió en cuatro sets (11-3, 11-8, 11-5 y 11-4) ante el brasileño Hugo Calderano, cuarto del ranking mundial y monarca de estos Juegos desde Toronto 2015.
Risueño y sudado todavía del estrés que deja un encuentro de este tipo donde no salía como favorito, Andy conversa relajado. Está acostumbrado a eso desde que empezara a ganar temprano en la categoría 9-10 años, hasta que fue el iniciador de las becas internacionales en su deporte o los títulos ganados en Juegos Centroamericanos y del Caribe, el último de ellos en San Salvador 2023.
Andrés y Mayté deben estar orgullosos del niño que practicó béisbol y hasta pensó ser boxeador, pero finalmente se clavó en el pecho el ping-pong, que de hobby y diversión pasó a ser la razón de su vida. De hecho, antes de llegar a estos XIX Juegos en Chile había declarado que se retiraría. En poco más de tres minutos estas fueron sus confesiones.
“Pienso que esta plata es un resultado histórico, no solo para mí, sino para tenis de mesa cubano que nunca había tenido un finalista en el single masculino. Ya ayer habíamos arribado a dos medallas de oro en Panamericanos, después del primer y único título logrado en Indianápolis 1987. Es decir, estamos haciendo historia en estos Juegos.
“En lo personal este subtítulo panamericano es grande. Igual no quería haber perdido la final, pero competía con Hugo Calderano, uno de los mejores del mundo y no está en el cuarto lugar del ranking por gusto. Se me hizo bastante difícil, aunque salí a darlo todo.
“No pensé llegar a esta instancia, pues el nivel de los jugadores era alto. Tuve que vencer a tres jugadores entre los diez mejores del mundo y fue un gran reto, algo casi inesperado. Llegar a esta final es lo más grande que he vivido en el tenis de mesa.
“El buen momento que vive nuestro deporte se lo atribuyo a las gestiones de la Federación. Hemos realizado base de entrenamiento en China; hicimos una base aquí en Chile desde el día 5 de octubre para ultimar detalles. También la unidad interna como equipo, así como el apoyo de la Federación y el Inder. Ahí está la esencia.
“Este jueves volvemos a la carga en el por equipos. Tenemos a Estados Unidos y México en el grupo, pero vamos a seguir luchando.
“Me mantengo con la intención de retirarme. No porque esté terminando como deportista, sino porque quisiera dedicarle tiempo a mi hija de 5 años que es mi motor impulsor y a mi familia, a mis padres…
“Sin embargo, quizás pueda valorar de nuevo esa idea. Este resultado abre muchas puertas. Un segundo lugar me permite estar entre los 100 mejores del mundo, algo que no había conseguido antes ningún cubano…”
Se queda pensativo y con ganas de seguir respondiendo. Pero lo llaman para la premiación. El hijo de Andrés y Mayté respira aliviado. Entrar en la historia no es fácil. Y él ya lo logró.