Hay entrenadores que son emblemáticos de un deporte aunque sus nombres sean, casi siempre, más reconocidos fuera que dentro de Cuba. Desde hace más de un año y medio, Armando Aguiar anda por estas tierras del sur de América enseñando y formando lo mismo que hizo en nuestro país hace más de 40 años: un equipo femenino de sóftbol.
Cada una de sus palabras tienen el acento del Caribe hasta la médula. El primer cubano exaltado al Salón de la Fama del Sóftbol Internacional en el año 2005 recuerda que lo más difícil al arribar aquí fue enamorar a las practicantes de una disciplina sin tradición y casi desconocida a nivel nacional. La misión iba enfocada no solo a los Juegos Panamericanos, sino a un proyecto más largo.
“La base del equipo se sustenta en jugadoras chilenas muy jóvenes con las que hemos estado trabajando. Me recuerda mucho los primeros pasos de este deporte en Cuba, con la diferencia de que allá empezamos desde cero y en menos de 10 años éramos campeones centroamericanos”, cuenta Armandito y los ojos se iluminan con nostalgia.
Conocedor como pocos del trabajo con mujeres en un deporte primo hermano del béisbol, confiesa que esta selección chilena tiene bastante por aprender todavía, en tanto señala como puntos muy estratégicos en la preparación todo lo relacionado con la mecánica de juego, el pitcheo y la defensa, pues “batear sigue siendo lo más difícil”.
Una y otra vez hace un alto en la conversación para corregir o precisar qué ejercicio toca realizar en estos entrenamientos a temperatura bien fría. “Hay otra gran diferencia, en Cuba se juega buen béisbol y existen dos formas de aprender: mirando y entrenando. Aquí no pasa eso, por tanto, debemos empezar con lo básico, ya que no hay ninguna otra referencia”.
No quiero importunarlo, pero le pido que recuerde un momento feliz y otro difícil en esta labor desempeñada años atrás en Italia. “Del primero está la oportunidad de trabajar con un grupo muy disciplinado y con deseos de crecer. Eso me hace sentir realizado con lo único que me gusta: entrenar para que amen el sóftbol”.
Sobre el más triste baja la cabeza. “Sentir mi himno nacional y estar del otro lado después de haber estado casi 20 años con nuestro equipo nacional escuchándolo y viendo ondear mi bandera”. Y nos dimos un abrazo.
Descargue en versión PDF: Separata Deportiva del Periódico Trabajadores - Lunes 30 de octubre de 2023 (10950 descargas)