Las ideas expresadas a bordo de La Guagua en este recorrido son para motivar el análisis de los lectores, que pueden dar sus criterios sin que necesariamente tengan que ser a favor, pues en este intercambio aceptamos desacuerdos.
Continuamos en este trayecto con el funcionamiento de las secciones sindicales, sobre lo cual hay opiniones (No debatiremos la cantidad, si son muchas o pocas) de que sólo se limitan a cobrar la cotización y citar reuniones.
Aunque sea minoritario el número de quienes tienen esa percepción, hay que atenderlo, pues basta que uno entre mil piense así, para preocuparse y atender el asunto sin prejuicios
Tal percepción pudiera darse si no se le ha informado correctamente a los afiliados sobre la gestión de la sección sindical, o cuando en las asambleas sólo se centran en datos aportados por la administración, que son importantes porque se necesita saber el comportamiento de los planes.
Sin embargo, no siempre se dan enfoques desde el punto de vista de los intereses y objetivos de la organización que agrupa a los trabajadores y no se va más allá de cifras e indicadores económicos que se dan con desmedida abundancia.
Por ejemplo: si en vez de atiborrar con datos explicativos de por qué no llegó la materia prima a tiempo, se ofrecieran sólo los imprescindibles y concentran las discusiones en cómo los afiliados pueden o no trabajar para reducir atrasos, crecerá el interés por el asunto.
Y si también debaten qué medidas debe adoptar la administración para que los obreros puedan desarrollar faenas más prolongadas, será mucho más interesante para un colectivo que si sólo le piden aumentar el horario laboral.
Una vez que se exponga con claridad que no hubo negligencia en la tardanza del arribo de la materia prima, la sección sindical tiene como derecho legítimo tratar con la dirección administrativa sobre la atención al hombre que deberá redoblar esfuerzos.
Si los dirigentes sindicales recogen opiniones y sugerencias de los afiliados, lo presentan a la administración, entonces estará la organización obrera jugando su papel, y más si rinde cuenta al colectivo sobre resultados de la gestión.
En casos como el del ejemplo, la dirección sindical puede recoger opiniones sobre cómo evitar incumplimientos, pero hacerlo dentro de sus mecanismos, y aportarlos en el proceso de toma de decisiones de las administraciones que, si funcionan bien, dirigen teniendo en cuenta los criterios de los trabajadores.
Cuando se determine cómo proceder para reducir atrasos y cumplir, la sección sindical puede explicar a sus afiliados por qué se hace de una manera y no de otra, así como hacer aclaraciones y hasta trasladar criterios nuevos que puedan surgir.
EN RESUMEN: Aunque llegó el punto en el cual esta Guagua hace una parada, el recorrido continuará, pero antes reiteramos que debajo de esta nota queda el espacio para los cometarios digitales de los lectores. Los esperamos.
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