Aunque comprende la importancia de sus aportes y entiende que es el mayor premio que puede recibir un innovador, para el joven de tan solo 29 años, Jorday Aróstegui Morell, merecer el Premio al Innovador de Mayor Impacto Económico y Social 2022, de Camagüey, que convoca la Asociación de Innovadores y Racionalizadores (Anir), significa que lo ha ganado todo.
No sabe si realmente se lo merece o si a partir de ahora deberá tener siempre buenas ideas, porque muchos así lo esperan; solo está claro de que con su estudio ahorra combustible, millones de pesos –más de 40 han calculado—, contribuye al cuidado del medio ambiente y ofrece un servicio con mayor eficiencia.
La investigación principal, por la cual recibe tal reconocimiento, se titula Reconfiguración de bloques de carga en la red de distribución del municipio de Camagüey. Y fue la respuesta de Jorday a una petición de sus jefes en la Empresa Eléctrica Camagüey justo cuando en el 2017 comenzó su vida laboral.
“Durante el proceso de ubicación laboral, cuenta Jorday, pido ir para el área de despacho, lugar al que nadie quiere ir, porque es el centro rector del sistema eléctrico. Ahí me dicen que analice la red de distribución, una de las más complejas de análisis a nivel de estudio, pues es desbalanceada. Pero asumo el reto.
“A medida que avanzamos vemos que podemos hacerle mejoras con acciones sencillas que no implicaban grandes gastos ni procesos inversionistas. Simplemente abriendo y cerrando circuitos con el método de recofinguración de redes.
“Se trata de aplicar un método que existe, el cual permite detectar las posibles combinaciones para abrir o cerrar los circuitos de la forma más efectiva, reduciendo así el consumo de energía al mitigar las pérdidas técnicas.
“Estas pérdidas son normales, pues cuando se distribuye la energía de un punto a otro por un conductor, este se calienta, tiene pérdidas y, por tanto, ambos puntos no tendrán la misma energía. Y con la redistribución lo que hacemos es buscar el camino de que, con menos electricidad, brindemos la misma energía, con menos pérdidas.
“Con esto modificamos la alimentación de una sección, tendremos menos gastos de combustible a nivel de empresa, para llevar esa misma energía al cliente, sobre todo en tiempos de carencias, contamos con más reservas y emitimos menos CO2 a la atmósfera. Integra todo lo que necesitamos ahora: ser más favorables con el medioambiente y racionalizar los recursos que tenemos.
“Claro, esto hay que monitorearlo continuamente porque las demandas son las que imponen el camino a seguir para apagar o encender”.
La aplicación de esta metodología con diferentes softwares, asegura el ingeniero eléctrico que es algo que se puede hacer en todas partes, siempre que lo necesiten y su topografía lo permita. Además, sabe que es un estudio que a muchos tentaría, pues solo en un año de aplicación se ahorraron más de 8 mil megawatt-hora.
Jorday se siente pleno. Pero, a pesar de que a veces encuentra que lo que es de interés empresarial no es de interés investigativo, todavía apuesta por la ciencia y ya hizo estudios sobre la predicción de la generación eléctrica de los sistemas fotovoltaicos, a partir de las variables climáticas.
“Esto significa, aclara, que como los paneles dependen de la irradiancia del sol, con este estudio se podrá prever y hacer un despacho de carga”.
En tanto, para el doctorado, reserva otro sobre la ubicación de sistemas fotovoltaicos y de almacenamiento de energía en redes de distribución. “La colocación de estos, acota, no es sencillo; es necesario buscar un punto donde mejor convenga y donde se obtengan los mejores beneficios”.
Ya luego del doctorado no sabe qué hará, mucho le han costado estas investigaciones, pero, como alega “estos temas relacionados con la energía renovable son necesarios porque son el futuro; y es lo único que nos mantendrá vivos”.