La escala y velocidad del conflicto en desarrollo entre Palestina e Israel son escalofriantes, aseguró hoy Martin Griffiths, encargado de Asuntos Humanitarios de la ONU.
En un comunicado divulgado aquí, el alto representante lamentó las pérdida de vidas humanas de ambos lados de la Franja de Gaza y llamó a respetar el derecho internacional en medio de las hostilidades.
Las personas cautivas deben recibir un trato humano y los rehenes deben ser liberados sin demora, remarcó.
Mientras aumenta la crisis, dijo, se debe proteger a los civiles y su infraestructura, así como permitir a la población salir hacia zonas más seguras.
Griffiths convocó además a no bloquear la ayuda humanitaria y los servicios y suministros vitales para Gaza, zona densamente poblada donde cientos de palestinos han muerto y miles han resultado heridos en intensos bombardeos.
Por su parte, el alto comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, urgió a todos los Estados con influencia a adoptar medidas para desactivar la situación del “barril de pólvora” entre Palestina e Israel.
Türk pidió a los grupos armados de Hamás la liberación «inmediata e incondicional» de los civiles capturados al tiempo que rechazó la imposición de asedios en Gaza.
Ese bloqueo que pone en peligro la vida de los civiles privándolos de bienes esenciales para su supervivencia, añadió, está prohibido por el derecho internacional humanitario.
La coordinadora humanitaria de la ONU para Palestina, Lynn Hastings, dijo este martes que las autoridades israelíes han cortado el suministro de agua a Gaza, lo que redujo aún más la escasa disponibilidad del líquido.
El Gobierno israelí también limitó la electricidad, los alimentos y el combustible, empeorando inevitablemente la terrible situación humanitaria, lamentó.
Los palestinos en Gaza ahora sólo tienen electricidad entre tres y cuatro horas al día.
Esto dificulta la capacidad de los centros de salud para funcionar y tratar a los heridos, señaló.
La escalada continúa su ascenso luego de que el sábado último el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) iniciara una ofensiva sorpresiva en territorio de Israel en respuesta a 75 años de agresiones, de acuerdo con los líderes del grupo.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de Palestina aseguró que la crisis desatada por los choques entre Hamás e Israel “es la consecuencia de 75 años de sufrimiento y desplazamiento del pueblo palestino ante la mirada silenciosa de la comunidad internacional”.
Por su parte, las autoridades israelíes anunciaron un cerco radical en la Franja de Gaza.
El primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró durante una reunión del gabinete de Seguridad que “esto no es una operación, ni una ronda de enfrentamientos. Esto es la guerra”.
