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El problemón

Hoy preocupan a los emplea­dos y no ocupa a todos los em­pleadores las medidas de prevención de enfer­medades profesionales y los ac­cidentes en el trabajo. No pueden soslayarse limitaciones materiales por el bloqueo imperialista y otras causas. Reflejan también la necesi­dad de lograr ambientes laborales sanos y seguros.

 

 

Ahora asoma el rostro del fe­nómeno en las conferencias. Por ejemplo, en la del Sindicato Nacio­nal de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca (SNTIAP) en Ciego de Ávila repercute el caso del colectivo distribuidor de la ha­rina hacia las panaderías y dulce­rías.

En ese almacén los estibadores no tienen fajas para hacer fuerza, ni hombreras para apoyar los sa­cos ni carretillas y otros medios de trabajo con las mínimas condi­ciones. Conviven con peligros que pasan inadvertidos para la ad­ministración de la Industria Ali­mentaria que fue la única ausen­te a la Conferencia Provincial del SNTIAP.

Frente a fenómenos inauditos como este perdura la añeja inquie­tud de que el presupuesto para los medios de protección personal no rebasa el 60 % de ejecución duran­te el presente año en el territorio avileño.

Se informa en dichas confe­rencias que un alto costo tienen las importaciones y la industria na­cional no desata las reservas pro­ductivas de los medios protectores.

No se trata de un asunto total­mente espinoso si no fuera Ciego de Ávila la provincia anfitriona en noviembre del año 2022 del acto nacional de apertura de la Jornada de Seguridad y Salud en el Trabajo.

Casi un año después de esa ce­lebración perdura el interés del movimiento sindical para la decla­ración de centros seguros, el cual ha contribuido al decrecimiento de los casos fatales de accidentes en las entidades.

Aunque la vida sigue en peli­gro. En la provincia, de 22 acciden­tes laborales ocurridos de enero a la fecha, fallecieron tres trabaja­dores. Otras 19 personas murieron por infracciones en la vía pública, el 50 % de las violaciones corres­ponde a conductores de vehículos del sector estatal. Más de 520 cho­feres avileños están sin recalifica­ción porque sus empresas no cuen­tan con presupuesto para el pago de ese servicio y la revisión técnica (somatón), ambas actividades es­tán hoy a mayores precios.

Eliminemos el problemón de la desprotección a los trabajadores.

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