Más allá de la calidad o aquello de si llega tarde o temprano, lo cierto es que todos los días el pan de la canasta básica, “el pan de Pánfilo”, arriba a las bodegas y es adquirido por los núcleos familiares.
Los panaderos, que noche a noche se dedican a amasar y hornear el alimento imprescindible, confiesan que en su labor hay mucho esfuerzo que pocos reconocen, pero lo cierto es que los trabajadores pertenecientes a la Empresa Provincial Productora de Alimentos (EPPA), de Villa Clara, afiliados al Sindicato Nacional de los Trabajadores la Industria Alimentaria (SNTIA), cumplen esta misión y además han diversificado sus líneas para encontrar opciones de repostería y panadería, vinculándose a los nuevos actores de la economía entre otras iniciativas que han aplicado, con el propósito de mantener oxigenada la economía de la empresa.
La panadería El Fiñe
Tiene nombre de inspiración infantil: El Fiñe, está ubicada en una zona periférica de la ciudad de Santa Clara: El Caracatey; el busto de José Martí, las flores silvestres y las rosas blancas cultivadas por el colectivo, anuncian el lugar.
En su interior todo es un trajín luego de terminado el primer turno que elabora más de 25 mil unidades del pan de la población y otra cifra del propio renglón para los hospitales. “La calidad depende de la materia prima, hacemos todo lo posible porque sea la mejor, mantenemos la higiene y tratamos siempre de cumplir con nuestra encomienda “, explicó Osmany Pérez Martí, el administrador. Junto a él María Caridad Cárdenas, apuntó con total convencimiento: “Contra viento y marea, llueve, truene o relampaguee, lo hacemos, sabemos que es el alimento seguro que la familia espera cada día”, aseveró esta trabajadora.
Esta es una de las 22 panaderías de este tipo con que cuenta la ciudad de Santa Clara, las que cumplen con dicha función no importa etapas de verano, días feriados, ciclones u otra contingencia, incluida la energética.
Odel Dueñas Ruiz, director provincial, se pronunció sobre las múltiples limitaciones que provocan las críticas al pan de cada día. “Sin duda alguna afecta la calidad de las materias primas. En lo fundamental son harinas con bajos niveles de gluten; ello provoca que la masa no se desarrolle adecuadamente, las levaduras son de rápido consumo por lo que no siempre reúnen los parámetros necesarios para que sea efectiva la fermentación, incluso en ocasiones demora entre 8 y 10 horas en fermentar esto provoca acides, encima las contingencia energética”, precisó.
No obstante, agregó que existen otras incidencias como violaciones en el proceso tecnológico del hombre que en ocasiones provoca afecciones en la masa neta del producto cuando el consumidor lo recibe. “ Hemos creado un equipo integrado por especialistas , ingenieros químicos, cuadros de dirección, el sindicato , auditores entre otros, todos con experiencia en esta rama para atender las quejas de la población, corregir las desviaciones sobretodo humanas.
“El personal se esfuerza a pesar de cuestionamientos, muchos ciertos por razones obvias, pero la verdad es que “el pan de Pánfilo”, no falta. Ha mejorado en los últimas jornadas, trabajar con harina importada ha sido beneficioso y las medidas de control a los procesos productivos por parte de la empresa se ha sistematizado lo que ha dado buen resultado”, aseveró.
Los trabajadores de otras unidades
Nadier Nadir Roldán Navarro hoy es maestro panadero, una profesión que según confesó lo ha centrado como ser humano. Antes había estudiado obrero calificado en instalaciones eléctricas, logró, incluso, calificarse como técnico medio en este oficio, pero no estaba a gusto; la satisfacción consigo mismo llegó cuando tuvo la posibilidad de vincularse a la rama alimentaria.
“Ser panadero me hace sentir casi que como un artista, desde que recibo la materia prima del almacén me siento en las nubes, luego lo amaso, la satisfacción mayor es verlo cómo se hornea, es un proceso en el que yo me pruebo cada día: el de hoy quedó bueno, el de mañana tiene que ser mejor”, afirmó Nadier, quien trabaja en el área de servicios técnicos productivos.
Colocando en el horno una tártara de masa de dulces José Alexis Campbell, con 14 años de experiencia, aseguró que prefiere la repostería y en particular elaborar el tradicional y conocido panque Villa Clara. “Este es mi oficio, la materia prima es la clave aunque el esfuerzo que uno ponga en ello y el amor con que se confecciona la masa es una parte importante, es un todo y cada uno tiene que poner lo suyo”, dijo orgullo de pertenecer a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Producciones Especializadas, destinada a la venta de renglones en moneda nacional y en divisas.
Otras producciones
Esta empresa elabora el pan que se destina a la merienda escolar y para ello son múltiples los requisitos de calidad, inspección y regulaciones a que se someten.
Dueñas Ruiz explicó: “Los requisitos están regulados, se cumple el proceso de manipulación e inocuidad de los alimentos con todo rigor, es imprescindible y existe control absoluto para lograr buena elaboración, que sea el envase adecuado, mantener la limpieza en los almacenes, cumplir las normas tecnológicas y que este el alimento en tiempo diariamente, esa es una de nuestras prioridades”, afirmó.
Asimismo, añadió que después de varios años paralizadas las panaderías-reposterías especializadas se han reanimado, tres en la ciudad de Santa Clara: La Única, Nuevo Amanecer y El Pinto, las que elaboran mantecados, panes de diferentes formatos, y el panque Villa Clara, entre otros renglones. Ello fue posible a partir de interactuar con las medianas y pequeñas empresas no estatales (Mipymes) aprobadas como nuevos actores económicos al adquirirse de esta manera materias primas.
Yunior Martínez, jefe de los puntos de ventas de la UEB Producciones Especializadas, aseguró que la afluencia de la población es permanente y con buena aceptación, “el precio es algo menor al de otras formas de gestión y la calidad es evidente”, acotó.
Funciona además una fábrica para producir codito y fideo, aunque en pequeña escala destinados a las ventas on line, y cuentan con un área de servicios técnicos donde se capacita y habilita a todo el personal de la provincia como panaderos y dulceros.
En proyecto está la construcción de una molinera para triturar y convertir en harina lo mismo la yuca, la calabaza, el maíz, el arroz y el sorgo, para emplearlo en producciones con extensores, esta idea de utilizar fécula alternativa ya se está aplicando en todos los municipio de la provincia y ha permitido que la empresa diversifique las producciones.
Han incursionado en otras líneas como vinagre, vinos, croquetas, frituras, gofio de maíz, chicharritas de plátanos, churros, masas de pizzas, entre muchas iniciativas con el fin de buscar opciones de alimentación al pueblo.