Con la bienvenida al actual período lectivo 2023-2024 llegó el reconocimiento que también dignifica a cederistas, familias, colectivos laborales y centros docentes por el trabajo meritorio en función de las personas que viven en ese espacio de tradiciones y prácticas, ayudan a las personas más vulnerables, construyen y potencian la unidad indestructible del pueblo por la Revolución cubana.
La Timba —un barrio capitalino en transformación— es el entorno del plantel que acoge a 152 alumnos. “Nací, me crie aquí y esta fue mi escuela primaria”, señala Dineysi Fonseca Rodríguez, madre de dos varones que cursan allí segundo y quinto grados.
“Como delegada de este centro escolar —explica— apoyo en todo lo que se necesite para la realización de las actividades docentes, recreativas y culturales al mantener el vínculo entre las familias de los niños, sus profesores y la comunidad en general, la cual participa con nosotros, por ejemplo, en jornadas de trabajo voluntario”.
Rodeada de pequeñines, Bárbara Martínez Gutiérrez —la profe con más tiempo de servicio en esta escuela primaria— imparte clases en un aula de prescolar.
“Estoy muy feliz por la transformación que ha recibido la escuela y el barrio en general. Hay una relación muy estrecha entre nosotros como institución cultural y la población”, afirmó.
Al ahondar en el tema, Luz Marina Quiles Brooks, directora del plantel, y Yamely Nápoles Suárez, su coordinadora general, refieren que este lugar ha sido escenario de importantes actividades políticas, culturales, reuniones de los factores de la comunidad, sede de dos colegios electorales, además de recibir a delegaciones extranjeras.
Sobresale la visita del Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República y coordinador nacional de los CDR, entre otras personalidades.
Vale destacar que durante el enfrentamiento a la COVID-19 el claustro de profesores, encabezado por su directora, estuvo insertado en tareas de atención a personas en aislamiento, en situaciones de vulnerabilidad, y a los ancianos que viven solos para hacerles llegar sus medicamentos y alimentos.
“Para nosotros la entrega del Premio del Barrio fue algo grandioso. No lo esperábamos. Es un resultado de todo el colectivo, de sus pioneros y trabajadores”, asevera esta educadora que acumula 34 años de labor en esta escuela y de ellos 18 como directora.