Sorolla mantuvo su cátedra, su influencia, su capacidad para asombrar. Y convenció a tirios y troyanos. Sigue convenciendo, incluso a los amantes de expresiones mucho más transgresoras. Es que pocos recrearon como Sorolla el misterio de la luz.
Ese arte podrá ser apreciado en la exposición Joaquín Sorolla Bastida (1863-1923): Las obras del Museo de La Habana en el centenario de su muerte, que con curaduría de Manuel Crespo Larrazábal, quedará inaugurada este viernes, a las 4:00 p.m., en la sala temporal del tercer nivel del Edificio de Arte Cubano.
Se exhibirá más de una treintena de piezas, entre los grandes clásicos que el público puede apreciar habitualmente en la sala de arte español del museo y obras que se conservan en los almacenes de la institución.
En todas, la marca inconfundible del maestro, pero serán distinguibles varias de sus etapas creativas. Y como guiño documental, estará el busto que el escultor español Antonio Rodríguez del Villar realizó al genio valenciano.
La muestra estará abierta hasta el 21 de enero del próximo año.