“Es muy alentador apreciar como los niños que participan en Rosilla Nueva se convierten en hombres y mujeres que luego forman parte de nuestro grupo o de otros colectivos de las artes escénicas en la provincia”, expresó el dramaturgo Oliver de Jesús Hernández Jiménez, director artístico y general del grupo Teatro Primero, de Ciego de Ávila, tras concluir el taller de verano con niños y adolescentes.
A través de su frente infantil Pelusín del Monte, esta compañía concluyó el curso para niños Rosilla Nueva 2023, que bajo la premisa martiana de que “Los niños son la esperanza del Mundo”, en esta ocasión tuvo como invitados a los teatristas Carlos Ramos, de Morón Teatro; el grupo Tejiendo un Sueño; y Papirus, de José Luis Triana. Los encuentros se realizaron en el Teatro Trapisonda (antes Ávila Cinema), sede de la agrupación, y cuyo fin es el de insertar el conocimiento de la obra del Apóstol en el ideario infantil.
La clausura se realizó en la Biblioteca Pública Provincial Roberto Rivas Fraga, donde se presentaron los títeres realizados por los niños en esta convocatoria; exitosa conclusión que igualmente contó con un Pasacalle infantil, al que se unieron los pequeños espectadores y el público presente.
Otras múltiples y variadas iniciativas, encabezadas por espectáculos dramáticos y humorísticos para niños y adultos, caracterizaron la labor de Teatro Primero durante el recién finalizado período estival en escuelas, plazas, Consejos Populares, bibliotecas y otros espacios de ese territorio del centro de Cuba; los cuales asimismo constituyen centros de interés en la programación habitual de este colectivo.
Creado por Oliver de Jesús en 1989, este grupo ha ganado prestigio y aceptación entre el público de la provincia, así como trasciende al ámbito escénico nacional con significativos resultados artísticos. Por tal motivo, sus presentaciones constituyen oportunidad de lujo para los aficionados a las tablas que encuentran en cada pieza novedosos discursos que enriquecen la espiritualidad.
También durante el verano fueron muy concurridas sus actuaciones en el Boulevard de Ciego de Ávila con el espectáculo El Reino del Revés, que narra la historia de dos juglares que van al reino del revés a curar al Rey que está enfermo con la epidemia del aburrimiento, para presentarle un espectáculo de cuentos, adivinanzas y juegos. El frente infantil de Teatro Primero ha sido galardonado en varios eventos nacionales y sobresale por su trabajo urbano en la comunidad avileña enclavada bajo Los Elevados (al sur del territorio), donde radica su sede.
Con su avanzadilla infantil Pelusín y el reconocido mago Víctor Agüero Labañino (El Ilusionista), Teatro Primero participó en la fiesta por el inicio del Verano en el Museo de Historia de Ciego de Ávila; así como en el programa previsto, con igual fin, en la Biblioteca Pública Provincial Roberto Rivas Fraga, institución que con anterioridad reconoció a Oliver de Jesús y su grupo por los significativos aportes a la cultura en el territorio.
Desde su creación, este colectivo integrado por 16 artistas, también se ha destacado en sus giras por los diez municipios de la provincia avileña, incluyendo zonas rurales, llevando a diversas comunidades diferentes formas de hacer teatro a través de las cuales, en tanto promueve el disfrute, trascienden significativos mensajes de cultura y educación. En esos lugares fundó varios proyectos de narración oral y representación teatral, entre los que sobresalen Florenciarte, en Florencia; Majaguarte, en Majagua; y Pinarte, en Pina.
“Durante el recorrido por cooperativas campesinas, escuelas y Consejos Populares, convivimos con los lugareños, lo cual nos permite nutrirnos de leyendas, refranes y cantos, que posteriormente incorporamos a nuestro quehacer”, dijo Oliver D’Jesús, su nombre artístico, en una entrevista con la colega Lubia Ulloa Trujillo, publicada por la Agencia Cubana de Noticias el 31 de octubre de 2019 bajo el título de Compañía Teatro Primero: tres décadas regalando su arte.
“Estas acciones culturales —agregó el director de Teatro Primero— se combinan con otras iniciativas relacionadas con la literatura, el humor y la magia, así como también con talleres de fabricación de títeres”.
Mediante la interacción con los pobladores de los barrios y comunidades esta agrupación ha podido descubrir talentosos cuenteros, poetas, cantantes, escritores y repentistas de todas las edades, gestión que corrobora el enorme potencial existente en los campos y ciudades de Ciego de Ávila en la narrativa oral.
Esta compañía ha dedicado buena parte de su empeño en llevar a las tablas auténticas tradiciones campesinas, y no solo de las del rico acervo avileño, sino también de otras regiones de Cuba. Con tal fin auspicia el evento nacional de narración oral Molinos de Cuentos, uno de los más significativos aciertos del grupo, en el que participan destacados exponentes de este género de todo el país.
Teatro Primero, y su entusiasta director, han sido acreedores de valiosos reconocimientos, premios y distinciones, así como de importantes lauros en festivales nacionales e internacionales de teatro como el Máscara de Caoba, en Santiago de Cuba; además del Festival Humorístico Nacional De tal pimienta tal picazón, en Ciego de Ávila; y Barrio cuento, de Teatro Cimarrón, en La Habana; entre otros.
En octubre de 2019, al cumplirse el aniversario 30 de su prolífico proyecto, en una entrevista con la colega Celia Molina Sánchez, publicada bajo el título de Soy un soñador, pero no deja de ser el Teatro, lo Primero, en el periódico Invasor, de su provincia, Oliver de Jesús afirmo: “yo personalmente llevo 46 años vinculado a las artes escénicas y no me voy a perdonar nunca si dejo de soñar. Por eso no me conformo con las condiciones constructivas de la sede de nuestra compañía, las cuales son deplorables, y espero en algún momento tener un local digno para seguir haciendo teatro y entonces, tener muchos más compromisos que me inciten a continuar soñando”.
Han pasado ya cuatro años desde aquellas palabras, y asegura el director del grupo que solo se ha podido solucionar el problema de la cubierta. Recuerdo que el primero de diciembre de 2013 —hace diez años—, tras visitar la sede de Teatro Primero, en un texto publicado en Trabajadores con el encabezado de Dramático escenario para Teatro primero, subrayé que debido al deplorable estado en que se encuentra esa instalación “y a pesar de sus múltiples gestiones, no ha podido poner en función de la colectividad su sede, bautizada por ellos como Trapisonda, concebida como sala alternativa para diferentes tipos de espectáculos escénicos.
Entonces señalé que “tanto el techo (hace poco resuelto), como el vestíbulo, los camerinos, la platea, el cuarto de vestuario, y los baños —prácticamente inexistentes ya— precisan de reconstrucción capital. Aún se conserva buena parte de las butacas originales, sin otra perspectiva que su inevitable pérdida total, suerte experimentada ya por la pantalla de proyecciones, a la que le fueron sustraídos algunos fragmentos”. Esa realidad ha cambiado muy poco, a pesar del enorme peso que tiene esta compañía en el desarrollo artístico y cultural del territorio, sobre todo entre las nuevas generaciones.
