Siente orgullo de ser delegada al X Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Afirmó con algo de humor que es “a toda y a mucha honra cederista”. Lo ha sido desde los 14 años, y ya tiene casi cuatro decenios más. Su labor como dirigente de base se remonta a esa etapa en la que se inició en las filas de la más masiva organización cubana y siempre la ha realizado con el mayor entusiasmo y el convencimiento de que es necesario.
“Los CDR están en los genes de mi familia, los llevo tatuados, mis padres pertenecen a la generación fundadora de la organización, fueron muy activos y dirigentes de base, mi viejo donó sangre. Crecí formando parte de los CDR infantiles, las patrullas clic, participando en planes de la calle…”, rememoró.
En su voz es apreciable la sinceridad de quien habla con el corazón, cada palabra que pronuncia está cargada de la convicción y la lealtad, las emite con un torrente alto y potente, el mismo con que imparte sus clases de 5.o grado en la Escuela Primaria José Martí, del municipio villaclareño de Ranchuelo.
“Dar clases es mi gran pasión, el aula me transporta a un mundo mágico e impredecible, ver cómo mis alumnos aprenden me conmueve. En ese momento compruebo lo útil que es en la vida esta profesión. Soy una maestra que va al Congreso de los CDR y mis alumnos están satisfechos por ello”, dijo con emoción.
A sus discípulos les inculca el amor por la organización del barrio. “Tienen que ser el relevo, no los obligo, los motivo, los embullo, los convido a que participen, que se incluyan en las actividades y muchas las inventamos juntos”, confesó quien además de educadora es la presidenta de la Sociedad Cultural José Martí del municipio y coordinadora de los CDR de la zona 14 de la demarcación del Consejo Popular Rancho Centro.
“Para desarrollar las tareas de la Sociedad Cultural José Martí hago igual, puedo aseverar que cuando se habla de Martí con pasión y amor todos se involucran, solo hay que hacerlo y si lo haces desde la misma estructura cederista la labor es muy beneficiosa.
“Como coordinadora de zona hago múltiples tareas, entre todos desarrollamos las infantiles, conmemoramos las efemérides, cumplimos con lo que se nos indica y movilizamos a los vecinos, nuestra función es aglutinar y colaborar. En la actualidad, aunque algunos no quieran reconocerlo, los CDR son necesarios, tienen una importancia capital para la comunidad e integrarnos en proyectos participativos. Su valía se demostró cuando la COVID-19, fuimos activistas, organizamos colas, actuamos como mensajeros, atendimos a personas vulnerables, estuvimos en zona roja y eso solo se logra con una organización como esta; que es de todos”, señaló.
“El X Congreso será la pauta para renovarnos, perfeccionar y mejorar el trabajo, recomponernos y seguir siendo fieles, cuidando este país que es nuestro y que hay que defenderlo con manos, dientes, ideas y convicciones”, aseveró, con su voz de maestra: potente y firme, también alegre y cordial.