A los 85 años ha muerto este lunes en La Habana, víctima del cáncer, la cantante Teté Caturla, intérprete de la música popular cubana.
Si se creyera que la pasión por la música es una cuestión genética, el caso de Regla Teresa García Rodríguez pudiera confirmar la teoría. Hija menor de uno de los más grandes compositores cubanos de todos los tiempos, Alejandro García Caturla, desde muy temprano ella se vinculó a varias iniciativas culturales en su ciudad natal, Remedios, actual provincia de Villa Clara.
Estudió en la Escuela Normal y se graduó como maestra, pero la música pudo más. Ya en la década de los sesenta formó parte de la movida habanera. Integró por un tiempo la orquesta Anacaona, y formó parte del célebre Cuarteto D’Aida.
El apellido Caturla significaba mucho para la cultura cubana, así que ella escogió como nombre artístico el que la distinguió durante toda su vida: Teté Caturla.
Teté fue presencia recurrente durante décadas en centros nocturnos, cabarets y salas de concierto, como solista o formando parte de agrupaciones o proyectos, en Cuba y en varios países del mundo.
Su primer disco en solitario salió a la luz cuando ella cumplió cuatro décadas de vida artística, en 2003: Llegó Teté. Fue un suceso, un año después obtuvo el Gran Premio Cubadisco.
La nota que divulgó el Instituto Cubano de la Música lo resume: Con la muerte de Teté Caturla, la música cubana pierde a una de sus más carismáticas figuras, depositaria de lo más auténtico de nuestra tradición popular.