Motivo especial el del matutino de este miércoles, cuando una vez concluido el proceso productivo en sus talleres y con él las jornadas sin descanso para sus trabajadores, la entidad y sus siete fábricas ubicadas en tres de los diez municipios del territorio recibió el reconocimiento por la eficiencia y el cumplimiento de los planes en un ambiente de escasez de materias primas y el arribo tardío de los tejidos.
Durante el momento de la entrega de la Placa, Gisela Ávila Álvarez, Secretaria del Buró Provincial del Sindicato de Industrias significó que los trabajadores de esta UEB, perteneciente a la Empresa de Confecciones Textiles BOGA laboraron incluso en etapa de sus vacaciones y aportaron más de 150 horas de trabajo voluntario y exhaustivo para cumplir con el compromiso realizado al Ministerio de Educación de entregar las prendas a tiempo.
En nombre del Buró Sindical en la UEB, su secretaria, Inés Planas Texidor felicitó a innovadores, costureras, enumeradoras, y todo el personal que apoyó la hazaña y esfuerzo que les involucró durante las últimas semanas del mes de agosto, en tanto les deseó una feliz etapa de reposo que ahora podrán disfrutar.
Innovadores que también dieron la puntada
Útiles al proceso cerca de unos 154 innovadores que integran el comité de la UEB Confecciones Ámbar atendieron las emergencias del equipamiento en las 7 fábricas y apoyaron la calidad de la producción con reparación y soluciones capaces de sortear desde el trabado de una aguja en la máquina o el ruido extenuado del motor nulo al movimientode tanta faena.
Tania Ribeaux Alcántara, Presidenta del Comité de Innovadores y Racionalizadores en la UEB explicó a laprensa que «aunque las costureras se esfuerzan muchísimo el mantenimiento de las máquinas fue el rigor y empuje de todos los días».
«Una vez se me rompió una máquina de presilla, que es de esas encargadas de la terminación de la trabilla en la costura ya lista…La producción se detuvo y me pasé más de una semana sin descubrir qué sucedía…Me iba a la casa y no dormía prácticamente porque no entendía qué pasaba…Era un pasador de la máquina que se había partido en su interior y al final logré sacarla…Ahora mismo somos sólo 3 mecánicos para más de 200 máquinas, pero a pesar de las dificultades me gusta estar aquí…Soy feliz cuando llego y escucho el ruido de cada una cosiendo y saberlas todas trabajando es un regocijo que no se compara con nada».