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Cuba se aferró al triple en el Mundial de Atletismo de Budapest

Luego de intensas jornadas de com­petencias concluyó este domingo el XIX Campeonato Mundial de Atletismo, celebrado en Budapest, Hungría, en el que Cuba consiguió tres medallas: una de plata y dos de bronce; para superar el desempe­ño de la pasada edición en Oregón, donde por primera vez una delega­ción de la Mayor de las Antillas se fue sin preseas en una cita del orbe.

Más allá de la visión resultadis­ta, la lid vino a ratificar los enormes retos que tiene el atletismo para re­cobrar todo su esplendor y también dejó pistas interesantes que señalan las posibles rutas a transitar.

 

Foto: Tomada de TV Yumurí

Como estaba pronosticado Cuba fue triple salto y poco más. Lázaro Martínez y Cristian Nápoles abrie­ron el medallero al quedar en segun­do y tercer lugar, respectivamente, en la final masculina dominada por el burkinés Hugues Fabrice Zango (17,64 metros). Martínez, campeón mundial bajo techo en Belgrado 2022, se estiró hasta los 17,41; mientras que Nápoles se creció bajo presión y llegó a los 17,40, para agenciarse el bronce con el vuelo más extenso de su vida.

Leyanis Pérez se ratificó como una de las grandes promesas de esta disciplina y mejoró el cuarto lugar de Oregón. La joven de 21 años estuvo coqueteando con los 15 metros du­rante casi toda la discusión de me­dallas y finalmente terminó tercera con registro de 14,96, a solo dos centí­metros de su marca personal, por de­trás de la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk (15,00) y la archifavorita venezolana Yulimar Rojas (15,08).

Su compañera Liadagmis Povea se fue con un sexto lugar que sabe a poco para un salto de 14,87, el ter­cero más largo de su carrera. Esta cota constituye lo mejor de la actual campaña para ella, al superar los 14,85 que le dieron el bronce en los Juegos Centroamericanos y del Ca­ribe de San Salvador 2023.

Asimismo, aunque no logró su­birse al podio, Luis Enrique Zayas también brindó una actuación de al­tos quilates al ubicarse cuarto en el salto de altura, igualando su perso­nal de 2,33. De esta forma el campeón panamericano de Lima 2019 sumó su tercer top 8 en campeonatos mundia­les, antes había sido quinto en Doha 2019 y sexto en Oregón 2022.

Resulta válido destacar el desempeño de los jóvenes Alejan­dro Parada, en salto de longitud (décimo), y Silinda Morales, en el lanzamiento del disco (oncena). Ambos logaron incluirse en sus fi­nales y, si bien no llegaron al máxi­mo de sus posibilidades, mostraron condiciones y margen de evolución.

Por otra parte, ya muy alejados de posiciones de relevancia queda­ron el martillista Ronald Mencía, quien ancló en el puesto 26 con dis­paro de 71,72 m; el discóbolo Mario Díaz, lugar 33 entre 35 aspirantes con marca de 58,03 m; y el perti­guista Eduardo Nápoles, escaño 29 con un intento de 5,35 m.

Mientras, en la pista, la presen­tación más decorosa la protagonizó Roxana Gómez, que avanzó hasta las semifinales de los 400 metros planos. Sus compañeras Zurian He­chaverría, en 400 con vallas; Rose Mary Almanza, en 800; y Yunis­leidis García, en 100 y 200, no pu­dieron pasar de las clasificatorias y dejaron quehaceres discretos.

En los relevos la historia fue pa­recida. En el 4×100 Laura Moreira, Enis Pérez, Yarima García y Yunis­leydis García realizaron lo mejor de temporada: un 43.17 segundos que igualó el crono con el que Cuba ganó la prueba en la cita regional de San Salvador, pero algunas imprecisio­nes las privaron de bajar ese tiempo para aspirar a incluirse en la final.

En el 4×400 los desatinos resulta­ron más evidentes: un arranque lento y problemas en los cambios senten­ciaron a la cuarteta conformada por Zurian Hechavarría, Lisneidy Veitía, Rose Mary Almanza y Roxana Gó­mez. Esta última no pudo hacer mu­cho en el cierre, pues recibió el batón con una amplia desventaja, que las condenó a ser séptimas en su heat con registro de 03:29.70.

De esta manera cayeron las cor­tinas de Budapest 2023 para la de­legación antillana con la certeza de que hay talento por explotar, pero también necesidad de renovación y análisis en las pruebas de más po­bres resultados. Por el momento, se borra un poco la página gris de Ore­gón, pisoteada por los potentes brin­cos de los triplistas cubanos.

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