Jany Méndez Martínez es de las personas a las que le gusta arriesgarse. Su vida ha sido reflejo de esa divisa. Ha salido de su zona de confort más de una vez. Y es que el triunfo es de los que asumen los retos con valentía. Graduada de técnico de nivel medio en gastronomía, en el año 2000, comenzó su vida laboral como cajera en el Café Rodeo en el Parque Lenin, en el capitalino municipio de Arroyo Naranjo.
“Fue una etapa bonita. Yo era muy joven y uní lo útil a lo agradable. Mientras hacía esas funciones, me enteré de que a través de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) podía acceder a diferentes cursos y me acerqué a la dirección municipal: así pasé cursos de gestión de ventas, marketing, contabilidad básica, dirección empresarial y otros, en total fueron seis…yo quería seguir superándome”, recuerda.
En el 2005, el referido centro nocturno cerró. “Presenté mi currículo en CADECA, la empresa Extrahotelera Palmares S.A. y en la Aduana General de la República. Y en este último organismo fue donde primero me llamaron: hice las pruebas de ingreso y fui aceptada”, afirma.
Primero estuvo como auxiliar de Aduana y posteriormente, ingresó en el Grupo de Gestión de Riesgo de la Aduana Postal y Envío.“Para satisfacción mía tuve la oportunidad de llegar a tener mi Sello de Honor Aduanero como analista por dos casos de detección en la frontera”.
No quedarse detenida
La Aduana le impuso otros desafíos: era preciso continuar los estudios universitarios. “Aprobé las pruebas de ingreso y comencé a estudiar Licenciatura en Derecho, a través del curso a Distancia. Tengo que reconocer el apoyo y la motivación de todos mis compañeros de labor, Florangel Valdés y Yusmary Góngora, amigas que me acompañaron y aún se mantienen como parte de mis afectos; y en particular, mi jefe, Luis Enrique Bejerano, y de Denise Muzuarieta. Los dos son ingenieros y decidieron matricular conmigo para darme el primer impulso; después no continuaron, ya eran universitarios, incluso, con maestrías.
“En el 2018, a medida que avanzaba en la carrera, comprendí que me gustaba Derecho marítimo y vi la oportunidad de empezar en la Aduana PuertoHabana. En este colectivo fui parte de un gran equipo de analistas que aportaron mucho a mi desarrollo profesional”, añade y asevera que posteriormente, en el 2019, ingresa en la empresa Selecmar, integrada al Grupo Empresarial de Transporte Marítimo Portuario (Gemar).
“Comencé como técnica en la especialidad de negocios. Eso exigió de mi mucha autosuperación en el mundo marítimo porque no tenía la formación en el sector empresarial y nuestro negocio es de cara al exterior con navieras extranjeras”, alega.
En marzo de 2020 es designada especialista del Grupo de Negocios. “Fue una etapa compleja: todo se unió, la Covid-19 y la etapa final de la carrera, lo cual exigía dedicación.
“Para mayor estrés, en julio de 2020 cambió la política para la gente de mar, y eso llevó a actualizar todos los contratos con las navieras. Muchos dejaron de funcionar, pero nosotros tuvimos que seguir trabajando: teníamos el reto de retornar a todos los tripulantes, sobre todo, los de la modalidad de cruceros. En ese entonces, era la única especialista en el Grupo”, acota.
Dentro de toda esa vorágine, se tuvo que preparar a fin de hacer el examen estatal en octubre de ese año. “Para satisfacción mía, cogí cinco puntos. Dicen que todo sacrificio, finalmente lleva una recompensa y esa fue la mía.
“El 18 de noviembre de ese año, en la Universidad de La Habana, recibí el Diploma como licenciada en Derecho. Ese día, estaban conmigo mi mamá, Juana Esther, y mi hijo, Bryan; él nació en el 2007, y ha vivido junto a mí toda esta intensa etapa. Ya cumple 16 años, sé que él está orgulloso de su mamá, me lo demuestra, ha crecido conmigo en mi etapa profesional.
“En general, agradezco a toda mi familia; a mis hermanas, Anika e Indira. Todos en casas han sido una red de apoyo; me ayudan y entienden, en ocasiones, tengo que dedicarle tiempo extra al trabajo y ahí está mi familia”.
Para nuevas metas
Hace tan solo dos meses, Jany fue promovida a subdirectora de Recursos Humanos en la empresa Selecmar. “Ese es otro reto para mí. Antes eran cerca de 50 clientes, a partir de ahora tengo más de cuatro mil marinos y todos son mis clientes. Me corresponde aprender de dirección y del perfil de los marinos”.
Ella agradece a la dirección de Gemar la posibilidad que le dieron de participar en el Primer Diplomado de Gestión Integral del Transporte, realizado en la Escuela Ramal del Sector del Transporte(PREGER) que concluyó en abril de este año.
“Tuve la oportunidad de presentar un trabajo que va a cambiar el paradigma de la empresa hacia la digitalización, con la creación de la ventanilla única de Selecmar. Eso significa un rediseño de nuestro sistema de gestión, que nos llevará a la excelencia del servicio. Tenemos el proyecto de concluir en dos años, en saludo al XXX aniversario de la empresa.
“Ya hemos adelantado algo; antes el marino tenía que llegar a la empresa para pagar un contrato de prestación de servicio, hoy lo puede hacer por Transfermóvil con código QR. Esto me tiene motivada pues el diplomado no fue letra muerta”, añade.
Jany manifiesta que aún quedan sueños por cumplir: “Siempre dije que después de la licenciatura, el otro paso era hacer una Maestría.
Con una sonrisa, corrobora que se siente realizada: “En lo personal, tengo una familia bonita y unida, logré mi hijo, que es mi mayor satisfacción. En lo profesional he crecido: desde aquella muchacha que se graduó como gastronómica hasta llegar a ser licenciada en Derecho”.