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Palco #12: Resurgir

Vas por una pista de atletismo, no sabes si estás soñando o no. Tampoco quieres darle muchas vueltas, porque te acuerdas de cómo despertaste hace unos días: con un golpe en la cara, desparramada en medio del carril a escasos metros de la meta, mientras Alexis Holmes te arrancaba del pecho la medalla de oro del relevo mixto.

Femke Bol ganó su primer título mundial, tras correr los 400 metros con vallas en 51.70, la octava marca de todos los tiempos. Foto: European Athletics

No hay que pensar en eso, más vale concentrarse en la vallas y confiar que esta vez sí que es real, que no habrá sueño convertido en pesadilla.

Vas superando uno a uno los obstáculos cuando te acuerdas del último brinco de Tentoglou, que dejó sin el oro a Pinnock. Te llegan los malos recuerdos otra vez. Cualquier detalle puede cambiar la historia.

Pero no es tiempo de pensar en la teoría del caos. Sigues corriendo, evadiendo vallas. No estás tan sola como te gustaría y aprietas. Hasta ahora parece bastante real, aunque no hayan ganado todos los favoritos. Las victorias inesperadas no tienen que ser necesariamente irreales.

Eres un vivo ejemplo, nadie esperaba tampoco que te cayeras en el relevo. Saltas la última valla, miras a los lados y estás sola de nuevo, como hace unos días, pero esta vez nadie te acecha, no hay fantasmas, tampoco está Sydney.

Vas por una pista de atletismo, nada te frena. Resurges. Eres Femke Bol y, esta vez, tu sueño no se hizo añicos a escasos metros de la meta.

Luego de sufrir una caída en la final de los relevos mixtos, Femke Bol tomó desquite en los 400 con vallas. Foto: AP

 

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