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En el pulso basura vs. higiene…

La pregunta a cualquier cuba­no sobre el daño que provoca la basura no recogida a tiempo genera de inmediato una res­puesta, en la que se destaca el peligro que constituye para la salud de todos, los que vivimos en ciudades o hasta en el más apartado lugar de nuestro ar­chipiélago.

Cada uno de los ciudadanos cuida y exige a sus familiares que mantengan la higiene del hogar para evitar que se convier­ta en un foco de infección, donde roedores, mosquitos y otros in­sectos nos convierten en vícti­mas de enfermedades.

Mucho se habla y escribe so­bre el tema, que cobra total ac­tualidad en nuestro verano, con­vertido este año en un verdadero horno, sobre todo en el recién concluido julio.

Mantener la higiene en la casa es un objetivo que se cumple, en la inmensa mayoría de nuestros hogares, gracias a la exigencia de los adultos, en especial abue­las y abuelos, conocedores del peligro que corremos.

Si somos capaces de lograr esos ambientes para niños y mayores, sanos y enfermos, obliga a pensar que aunque con limitaciones, el Estado cuenta con medios y personal para intentar lograrlo.

Cierto que se necesita una mayor constancia en la re­cogida de desechos, ya que no es nada agradable vivir en esas condi­ciones. Sobre todo cuando algunos depositan la ba­sura en la calle y otros, los buzos, la riegan sin ser ni siquiera criticados.

Muchos vecinos se pregun­tan, ¿por qué hay lugares donde todas las noches pasan y retiran la basura de los tanques, pero no los escombros, que siguen en la calle?

Cuando se demora la recogi­da de la basura el peligro para la salud de todos se multiplica. Aunque resulta inexplicable que en un barrio se recoja diaria­mente y en otro, muy cercano, pasen días sin que se haga.

Se conocen las limitaciones materiales, agravadas en la ac­tualidad, pero si nos planteamos intentar resolver en cada locali­dad, con el apoyo del gobierno local, con los recursos con que contemos y con iniciativas ya pro­badas, como las carretas tiradas por animales, veremos que se irán alcanzando resultados.

El reto está planteado, debe­mos evitar que la basu­ra nos gane.

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