El verano está duro, pero Trivaldo González, alias el Tremebundo, el Treme para sus amistades más íntimas, está más duro todavía. Él descubrió el secreto para dominar las altas temperaturas climáticas, económicas y sociales de este período estival: el bajo perfil.
Su hallazgo ocurrió por pura chiripa, como la mayoría de los grandes inventos. Le ofrecieron pasar unos días en ¡una casa en la playa! Ni corto ni perezoso dijo que sí, solo con una condición: nada de fotos, ni de selfis, ni de redes sociales. Así su procelosa parentela nunca lo supo.
Ante el aparente éxito de su táctica, el Treme la convirtió en política de su estado particular. Ay con decirle a nadie cuál es el cajero automático que tiene dinero, ni si le entró o no agua a la cisterna de su edificio, o dónde hay una mipyme que cobra 100 pesos menos por la libra de leche en polvo.
La prueba de fuego para su estrategia fue la final del campeonato de pelota, porque ante tanta gente cambiacasaca como se ha visto este año, el Treme era como un niño de teta. Optó entonces por esconder su carné de identidad y solo usar ropa blanca o negra, hasta que hubiera un ganador.
Ya casi al final del verano, sin embargo, el Treme se miró al espejo, y se sintió muy solo.
PAQUITO
