Por supuesto que no siempre fue con la mala intención de crear desánimo y falta de confianza en los colectivos de trabajadores del sector eléctrico, pero vale recordar aquel toque humorístico del que a finales del pasado 2022 anunciaba tener una noticia buena y otra mala.
La buena: el 31 de diciembre se acaban los apagones de este año. ¿La mala? El primero de enero comienzan los del 2023.
Hoy, en el séptimo día de agosto de un Verano con amor cabrían cuantos chistes se le ocurran a cualquiera sobre el incumplimiento de los adivinos sobre el inicio de la temporada de cortes eléctricos por déficit en la capacidad de generación.
Tras una jornada dominical en que no se afectó el servicio eléctrico por déficit de capacidad de generación el país amaneció este lunes con una disponibilidad de 2566 MW frente a una demanda 2500 MW, estimando un comportamiento positivo en el horario diurno.
El margen de este día 7 en la etapa diurna es mínimo entre disponibilidad y demanda, y se estima para la hora pico una afectación de 70 MW, cifra muy alejada de aquellas cantidades que se estabilizaban en cifras que andaban entre 700 y 800 MW.
Si fuéramos a seguir el rumbo de aquellos chistes, diríamos: no ha sido tan mala la noticia de los apagones del 2023, pues apenas ha habido déficit, como hoy lunes, y al suceder, hasta ahora no han llegado a las magnitudes de las del año pasado.
Por supuesto que hasta en los días en que el sistema electroenergético nacional operó con reserva, hubo apagones que ya tienen en alerta al país para esquivar los golpes del bloqueo y conseguir recursos mediante los cuales evitar las averías que puntualmente ocurren con frecuencia en determinados lugares.
