La estomatóloga recién jubilada Virginia Casals García todavía no sale de su asombro por lo sucedido con una reservación en el hotel Meliá Marina Varadero, perteneciente a la Corporación Gaviota, el pasado 29 de junio, adonde llegó a las cuatro de la tarde con sus hijos y las respectivas parejas que viven en el exterior, pues ellos habían reservado por Internet la instalación desde un mes antes para celebrar su cumpleaños y el retiro laboral.
“La Policía me dio una carta para que me representara a la hora de realizar todos los trámites requeridos para el nuevo documento, en tanto tenía además mi pasaporte, documento oficial también.
“Llegamos al hotel y cuál fue mi sorpresa que no me dejaron disfrutar de la reservación realizada porque no presentaba el carné de identidad. La justificación dada fue que por ser cubana sin ese documento no podía ingresar, aunque presentara el papel de la Policía, mi pasaporte y la reservación, todo lo cual demostraba que era yo y no una impostora.
“Ni los carpeteros ni la gerencia del hotel aceptaron nuestras explicaciones y los documentos que me acreditaban que era yo. Llamamos a la gerente comercial de Gaviota en Varadero, a la persona de guardia en la oficina comercial y después de esperar horas por la respuesta no pudimos acceder a la instalación turística por pura burocracia”.
Virginia refiere como:
“una falta de respeto a nosotros mismos como cubanos lo sucedido, pues no aprecio sinceramente que había motivos para rechazar a cinco personas que iban a disfrutar y aportar moneda dura, divisas que hacen falta para la economía del país”.
Y argumenta en sus letras:
“Soy defensora de los principios de nuestra Revolución, pero cuando me enfrento a la impotencia de estos mecanismos burocráticos pienso que se le hace más daño al país que cualquiera de los que pudieran hacer nuestros enemigos”. Refiere que el propósito de escribir a Trabajadores persigue solo que el Ministerio de Turismo (Mintur) revise estos mecanismos que dejan mucho que desear en cuanto a la satisfacción de los clientes, pues por ese ineficiente trabajo dejaron de recibir a cinco huéspedes, con la consiguiente mala imagen que deja hacia el futuro.
Y concluye su misiva:
“como cubana, mujer y madre de dos hijas que se sacrificaron para celebrar mi jubilación y mi cumpleaños, me sentí avergonzada, impotente, decepcionada y sin poderles quitar la razón a esas personas que no viven en Cuba y se sintieron humillados por nuestros mecanismos o burocracia sin sentido”.
Quizás toque al Mintur dar alguna respuesta que satisfaga a una profesional de la Salud que recibió en una de sus instituciones un trato increíble a partir de la no aceptación de los documentos que aseguraban ser ella uno de los cinco nombres en la reservación. En medio del verano es como un cubo de agua hirviendo para Virginia. ¿Quién repone tamaño desplante?
(Correo electrónico de Buzón Abierto: buzon@trabajadores.cu)