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Cuartel Moncada: las huellas de una historia

Por Dra. Aida Morales Tejeda, Oficina del Conservador de la Ciudad UNHIC

A mediados del siglo XIX, la ciudad de Santiago de Cuba, como capital del Departamento Oriental, demandaba de una nueva instalación militar que respondiera a los requerimientos técnicos de la época. El 1ro de octubre de 1859, se autoriza la construcción del “Campo Militar de la Reina.  El 24 de enero de 1860, presidido por el gobernador Carlos de Vargas Machuca, se efectúa un acto solemne para dar comienzo a las obras: hospital militar, presidio de la plaza; cuarteles no.1 y no. 2 de infantería con capacidad, cada uno, para mil hombres, con pabellones para jefes y oficiales en ambos casos, por último, el Cuartel y Maestranza de Artillería.

 

Foto: Miguel Rubiera Jútiz/ACN

A comienzos de la Guerra de los Diez Años en 1868, el cuartel toma el nombre de Reina Mercedes, en honor a la primera esposa del rey Alfonso XII. En un primer momento, se utilizaba para alojar a las tropas de infantería, que prestaban servicios en los campos de la zona sur oriental. También sirvió de sanatorio a los soldados heridos en las acciones combativas, o enfermos de cólera, paludismo y otras epidemias. En julio de 1898, tras la culminación de la guerra hispano cubano norteamericana, y con una ciudad devastada después de los bombardeos y el bloqueo, las tropas del país norteño ocupan el cuartel, donde izaron su bandera, en gesto oprobioso, y colocaron tiendas de campaña para alojar a gran parte de su ejército, además de utilizarlo como hospital de campaña.

A partir de 1902, fue la sede de la Jefatura Superior de la Guardia Rural en la provincia de Oriente dirigida por el general Saturnino Lora y aloja al Regimiento No. 3 “Maceo” de la Guardia Rural, A propuesta del coronel Juan Vaillant y López del Castillo, jefe del Regimiento no. 3 de la Guardia Rural, el 24 de abril de 1909 fue nombrado Guillermo Moncada. En 1909 se realizan dos acciones constructivas demostrativas del interés en modernizar el recinto militar por parte del general José de Jesús Monteagudo, quien hizo reparaciones dentro de la fortaleza y cercó el polígono, además de contribuir al desarrollo de las comunicaciones, al inaugurar la estación de telegrafía sin hilo.

Dos décadas después, aun la edificación mantenía su vieja estructura compositiva a pesar de los arreglos realizados. Durante la jefatura del Regimiento Maceo del coronel Diego Rodríguez, se efectuaron obras para embellecer y transformar las antiguas edificaciones, adaptando el cuartel en un moderno edificio con sus departamentos y barracas a la altura de los mejores cuarteles tanto en su aspecto sanitario como arquitectónico.

El sábado 11 de diciembre de 1937, era devorado por un incendio. El Representante a la Cámara Mario Abril Dumois, solicitó en La Habana un crédito para su reconstrucción. Fue aprobada por el presidente de la república el 18 de diciembre de 1937. El 25 de febrero de 1944, fue inaugurado el nuevo cuartel. Las instalaciones fueron construidas bajo la dirección técnica de la Sección de Ingeniería del Estado Mayor del Ejército. Desde el punto de vista estilístico las edificaciones principales responden a los códigos del art decó, y constituye en la actualidad el conjunto más importante que cuenta la ciudad de Santiago de Cuba. Su perímetro fue circundado por un muro almenado con carácter decorativo, interceptado en cada una de las cuatro esquinas principales – Martí y Carretera Central, Carretera Central, Martí y Trinidad y Martí y calle Segunda de Sueño por garitas defensivas. En el extremo norte se construyó un edificio para Cine – Teatro denominado Mariana Grajales (hoy Tele Turquino); otro edificio para Club de Oficiales (hoy Dirección Provincial de Educación) y se comunicaban interiormente por r calles pavimentadas.

Desde el triunfo de la revolución hubo un interés por conservar los lugares históricos. Así en 1967, se inaugura el Museo 26 de Julio en la parte correspondiente a la posta 3. Como parte de las acciones para devolver la originalidad a la edificación, y por decisión del comandante Juan Almeida Bosque en 1973, en medio de las labores por el veinte aniversario de la efeméride, se proyectó un amplio plan de acciones constructivas en lo que se denomina hoy Área Monumental 26 de Julio. Uno de los aspectos de mayor trascendencia, fue la restitución de los antiguos muros de la otrora fortaleza, garitas y muros almenados, con el objetivo, según puntualizaba Arturo Duque de Estrada, “de dejar constancia para las generaciones futuras del modo en que los soldados se amurallaban contra el pueblo”.[1] En ese mismo proceso, se le devolvió el color original – amarillo cuartel – y el impacto de las balas en el ala correspondiente a la posta 3. Constituye ésta, la primera gran acción de conservación y/o restauración desarrollada en este significativo ámbito, que implicó una efervescencia constructiva inusitada y que se extendió hacia toda la ciudad.

El 10 de octubre de 1978, la Comisión Nacional de Monumentos, presidida por el Dr. Antonio Núñez Jiménez, declara Monumentos Nacionales a 57 sitios; 8 de ellos, enclavados en la recién constituida provincia Santiago de Cuba, entre los cuales se encontraba el antiguo cuartel Moncada. El 26 de julio de 1979, se efectuó el acto oficial para otorgar tal categoría.

Desde entonces ha sido objeto permanente de mantenimiento, conservación y rehabilitación, pues ha devenido un entorno de alto valor patrimonial y de identidad de los santiagueros y de la nación cubana y resulta sitio de visita obligada para quienes desean conocer la historia de Santiago de Cuba y de nuestro país.

[1] René Camacho Albert: “Terminan restauración parcial del antiguo cuartel Moncada”, en Sierra Maestra, 18 de julio de 1973, p. 1.

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