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No hablo de Cuba con el FBI

“El pueblo cubano está sufriendo, porque además de las décadas de bloqueo estadounidense, su condición se ha visto agravada por la pandemia, el cambio climático y los efectos de la crisis económica mundial. ¡Únase a nosotros para educar y movilizar a la gente para que se oponga a las políticas criminales de EE.UU. contra nuestros vecinos cubanos, reanude los viajes sin restricciones entre los países y quite la bota del Gobierno de EE. UU. de la espalda de Cuba de una vez por todas!”

Tales palabras corresponden a uno de los más recientes llamados del Comité Hands off Cuba, de Estados Unidos, fundado en el 2019 para denunciar la hostilidad del Gobierno de Washington hacia la nación antillana y trabajar por la normalización de las relaciones entre las dos naciones.

 

Foto tomada de http://www.ushandsoffcubacommittee.com/

 

Esta iniciativa es una de las caras visibles de un movimiento que ha cobrado un notable impulso en los últimos años. Lo confirma la llegada, en mayo último, de la más grande delegación de estadounidenses para participar de las actividades por el Día Internacional de los Trabajadores, incluida la pasantía para dirigentes sindicales que habitualmente organiza la CTC en esa fecha.

Detrás de ese “contagio” en las ganas de hacer por Cuba hay muchas buenas voluntades, como la de Mark Friedman, un profesor jubilado, exdirigente del sindicato de Northwest Airlines, compañía devorada por Delta Airlines; y activista por la justicia en el mundo.

Friedman fue uno de los tantos jóvenes estadounidenses que se vinculó a la lucha contra la guerra en Vietnam. Tenía apenas 17 años y aquellas protestas le marcaron para siempre. En ese entorno de lucha social conoció militantes del Partido Socialista de los Trabajadores que le hablaron de la Revolución cubana y de la oportunidad que representa para la clase obrera mundial.

En 1995 viajó por primera vez a la isla en busca de reconstruir una parte de la historia familiar que había quedado suspendida en el tiempo tras perder la pista a aquel tatarabuelo judío que decidió vivir y morir en Cuba.

 

Cuba, faro y esperanza

“Cuba es un faro de esperanza frente al imperialismo brutal, por eso hay que defenderla, aseguró Friedman en el encuentro efectuado en la sede de la CTC. Este país es diferente al resto del mundo, es algo que pueden constatar los que llegan a él. La pasantía que organiza la CTC, por ejemplo, ofrece una excelente oportunidad para intercambiar con delegaciones de otros países, se aprende mucho de ellos y de los sindicalistas cubanos. De acá nos llevamos el Código del Trabajo y varios sindicatos lo están estudiando”.

 

Mark Friedman, fundador y coordinador del Comité Hands off Cuba, de Los Ángeles. Foto: Yimel Díaz

 

“El Comité Hands off Cuba lo fundamos en Los Ángeles, pero se ha extendido a otras ciudades y Estados. Buscamos crear un frente amplio, democrático, que se vincule a causas disímiles.

“Nuestro reclamo de tres puntos —fin del bloqueo, levantamiento de todas las sanciones, y que se saque a Cuba de la lista de países terroristas— ha encontrado apoyo en comunidades diversas, como la de los filipinos que exigen la salida de las bases militares del archipiélago asiático; la de los maestros de San Diego, que demandan mejores salarios; los coreanos que piden la reunificación de su península; y también entre gran parte de la comunidad cubana radicada en Los Ángeles.

“Hemos puesto mucho interés en vincular a los jóvenes, ellos son el futuro de la causa, por eso ocupan un lugar protagónico en nuestras marchas y reuniones”, recalcó.

El más reciente viaje de Friedman a Cuba fue para participar en la XIV Convención sobre Medio Ambiente y Desarrollo, donde presentó su experiencia pedagógica en el puerto de Los Ángeles. Vino acompañado por Lowell Iporac, joven Doctor en Ciencias Biológicas que estudia el impacto del sargazo en las zonas costeras, e integra la directiva del Comité Hands off Cuba.

 

De derecha a izquierda, Lowell Iporac, Mark Friedman, y estudiante universitaria cubana. Foto: Yimel Díaz

«Yo vengo de Miami, explicó el joven científico, donde es muy difícil trabajar a favor de Cuba, pero lo hacemos. Es importante organizarnos y prepararnos, algo particularmente complejo luego de todo lo que ha hecho el neoliberalismo por fracturar a la sociedad, por mantenernos aislados unos de otros».

“Cuba es una prueba de lo que es capaz de hacer el imperialismo cuando le desafían, sostuvo el joven de origen filipino, y también de lo que consigue la solidaridad, un valor que he estado fomentado en mi propia comunidad”.

“La mayor parte de las personas regresan impactadas como sucedió con Lowell en su primera visita a Cuba. Esos testimonios hacen parte de las reuniones presenciales y virtuales que propiciamos y a las cuales se vinculan cada vez más personas”, recalcó Friedman.

Activismo incansable

La estrategia de la organización es difundir la realidad de Cuba, buscan despertar el interés y el deseo de conocer, de primera mano, lo que sucede en la nación caribeña. Actualmente Hands off Cuba cuenta con 40 activistas en Los Ángeles, un público promedio de 160 personas en actividades presenciales, y otras mil 600 con las que se mantienen conectados vía correo electrónico.

“A las movilizaciones llegamos con propaganda impresa que confeccionamos nosotros. Hicimos, por ejemplo, un volante que habla de los espacios conquistados por las mujeres, lleva por título Revolución dentro de la Revolución. Otros textos son ¿Por qué no hay George Floyd en Cuba? y un informativo sobre el nuevo Código de las Familias. De cada mil que distribuimos, recibimos 1 o 2 solicitudes de personas que quieren saber más sobre Cuba, algunos llegan a ingresar al movimiento y eso es perfecto”.

El 22 de julio el Comité hará una movilización en Los Ángeles para celebrar Cuba y para agosto organizan un espectáculo con fines benéficos en el que actuarán el jazzista cubano Dayramir González y una pareja de baile (chicana y cubano). Los fondos recaudados serán destinados a la compra de insumos y medicamentos para el sistema de salud de la isla

“Los que trabajamos por Cuba sufrimos represalias, reconoció, las autoridades realizan interrogatorios intimidatorios, como les hicieron a compañeros de Puerto Rico que regresaban a su país luego de un viaje a La Habana en el 2022. Igual proceder hemos visto contra activistas del grupo de Carlos Lazo y su proyecto de Puentes de Amor. A mí me han visitado varias veces, pero mi postura es firme: No hablo de Cuba con el FBI”, concluyó Mark Friedman.

 

Mark Friedman y Lowel Iporac se reunieron con dirigentes y funcionarios del Departamento de Relaciones Internacionales de la CTC y estudiantes universitarios que realizan una pasantía en la sede sindical. Foto: Yimel Díaz
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