Se hacía llamar Hijo de la mar, de ahí el título de una entrevista realizada a Sergio Sánchez Medina hace ya unos dos decenios, cuando el brío de sus entonces 70 años desafiaba olas y tormentas y también el ímpetu de las aguas de la cayería a barlovento de Nicaro, el pobladito costero del Mayarí holguinero donde aprendió a querer la inmensidad marina.
A su madre la perdió con apenas dos años. Tampoco conoció a su padre, de ahí las muchas calamidades por las que tuvieron que soportar los cuatro hermanos que lograron sobrevivir, tantas que Sergio calzó su primer par de zapatos luego de cumplir los 10 años, tras cuidar y vender el carbón salido de un pequeño hornito. “A todos decía que me quedaban muy bien, pero les escondía la verdad. ¿Cómo coño me iban a quedar bien si mis pies nunca habían usado algo como aquello?”, reconocía años después.
Siempre por la cayería, entre la resaca y el diente de perro. A tierra firme llegó Sergio luego del triunfo revolucionario de enero de 1959. Pescaba solo y lo mismo se pasaba uno que dos días en la mar.
Con 28 años inauguró la cooperativa pesquera en su comunidad y por primera vez montó en una lanchita de motor que se hizo famosa por lo mucho que él pescaba. “Se llamaba La Deysi y fue lo más grande de la vida. Sin exagerar, yo trabajaba de día y de noche”.
Pero el certificado más importante lo ganó como patrón, en un barco con cinco tripulantes. “Era un ferrocemento de 30 pies de eslora donde siendo capitán igual cogía una aguja para remendar un arte de pesca que halaba un chinchorro o un palangre”.
Su historia fue larga, y guardó en lugar sagrado el momento de 1984 en que el jefe de la Revolución Fidel Castro Ruz colgó en su pecho la estrella de Héroe del Trabajo de la República de Cuba. “Cada vez que hago la anécdota me tengo que echar a reír. Alguien le preguntó a Fidel si sabía la cantidad de hijos que yo tenía. ‘Cómo no voy a saberlo. Son 16… ¡y eso que siempre está navegando!’, dijo el Comandante”.
Sergio falleció hace unos días en el batey del central azucarero Guatemala, en el mismo Mayarí que lo viera nacer el 23 de noviembre de 1931.