No sé qué fue lo que pensaron las muchachas de la posta cubana de 4×400 (Zurian Hechavarría, Rose Mary Almanza, Lisneidys Veitía y Roxana Gómez) que con récord para el evento ganaron el título en la última jornada del atletismo de los Juegos de San Salvador 2023.
Seguramente en un montón de cosas. En tales circunstancias el ánimo y el corazón se disparan y solo quienes entallan la hazaña pueden describirla.
Pero este servidor sí se arriesga a entregarles su humilde criterio: Se trata de un grupo de atletas que tiene un hambre de superación voraz. Si cree que exagero le adelanto que este deporte ganó por países gracias a un botín de 9 oros, 11 platas y 8 bronces.
Todo eso en medio de dificultades de diversa índole y algunas lesiones que estremecieron. Mejor dejarlos con las sinceras declaraciones de los últimos valientes…
“Estoy sin palabras y superagradecida. Logramos reunirnos luego de un tiempo y logramos el oro y la clasificación para el mundial”, afirmó Hechavarría.
“No veníamos a romper el récord, pero teníamos planificado una buena marca. Somos muy felices”, dijo Veitía.
“Muy contenta, sabía que podíamos. Hice lo que tocaba. Agradecida con el pueblo cubano por seguirnos. También a mi familia por el apoyo”, aseveró Gómez.
Otra nota descomunal acuñó el triplista Lázaro Martínez. Quebró con 17.51 la añeja primacía de Yohandri Betanzos de 17.46…
“Contento. El título es por mí y Maykel Massó (lesionado). Es como mi hermano. Fui a buscar un gran salto y lo logré”, apuntó Martínez.
El campo y pista cubano dejó huellas de calidad y optimismo. Mucho se necesita de sus prestaciones para llegar felices a la meta en citas multideportivas.