“Desde este territorio libre de América, podemos decirle al compañero presidente:
Tu pueblo no claudicará, tu pueblo no entregará la bandera de la revolución, la lucha a muerte contra el fascismo ha comenzado y terminará el día en que tengamos el Chile libre, soberano y socialista, por el que combatiste y entregaste tu vida”.
Beatriz Allende Bussi
La Habana, 28 de septiembre de 1973.
Por Víctor Hugo Robles @elchedelosgays
Fue a principios de junio 2023, una tarde de viernes en el Mercado Tirso de Molina, después de grabar mi programa de la diversidad sexual y el VIH/SIDA en Radio Universidad de Chile. Ahí, buscando un lugar rico para almorzar con mi amiga La Medallita, me encontré de sorpresa con Claudia Zaldívar Hurtado, directora del Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Me sorprendí, hace muchos años que no la veía, la última vez, si mal no recuerdo, fue para la presentación en el museo del libro “El Diario del Che Gay en Chile”, hermosa velada que contó con la participación de la aguerrida dirigenta estudiantil Eloísa González y la entonces diputada Maya Fernández Allende, la nieta del compañero presidente, actual Ministra de Defensa de Gabriel Boric que administra la grosera e infame militarización del Wallmapu.
“Hola, Claudia”, le dije, preguntándole cómo estaba, qué tal iba el museo, hablándole de “Las Locas del 73”, documental que relata la historia de la primera protesta de la diversidad sexual en el Chile de los últimos meses de la Unidad Popular de Salvador Allende. Le presenté a mi acompañante, La Medallita, protagonista de ese histórico hecho transformado ahora en película. Le propuse, ingenuo, presentar el films en el Museo de la Solidaridad que -precisamente- recuerda los tiempos de Allende, sitio de memoria cultural que resguarda el legado político y artístico de la UP. “Imposible”, me dijo, “tenemos una agenda repleta de actividades, especialmente en septiembre”, agregó, Claudia, entusiasmada. Lo que no me comentó la directora del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, fue la “agenda” de septiembre a 50 años del Golpe Cívico – Militar que terminó con la Unidad Popular y con la vida de Allende, aunque sí me propuso –amable pero maliciosa- saludar una amiga suya, una extranjera que estaba justo en Chile, pero en ese minuto comprando frutas a unos metros nuestros. Una artista cubana, conocida, muy conocida, más bien famosa activista política que promueve con su trabajo e incidencia mediática internacional el derrocamiento del gobierno cubano, la anticomunista Tania Bruguera.
Me sorprendió la invitación de Zaldívar, no solo por creer que yo tuviera algún interés en saludar y fotografiarme con una persona que promociona el bloqueo económico y cultural a Cuba. En efecto, Tania Bruguera Fernández (La Habana, 1968) ha sido promotora del boicot a la Bienal de La Habana y cómplice de todas las iniciativas nacionales e internacionales que buscan el fin de lo que ella llama “dictadura”. Desde sus oficinas en la Universidad de Harvard, moviliza dinero y apoyos multinacionales a la oposición cubana y viaja por el mundo promoviendo la “democracia en Cuba”. Una democracia burguesa al modo norteamericano que desde 1962 decreta e impone un criminal embargo a la economía de la isla más grande de las Antillas. Bruguera usa y abusa de los soportes artísticos culturales para auspiciar y apoyar un bloqueo unilateral que ha sido rechazado -año tras año- por la gran mayoría del concierto internacional reunido en la ONU, excepto EE.UU.
Por supuesto que rechacé la invitación de Zaldívar para saludar a una artista mercenaria como Bruguera. “No, muchas gracias, Claudia. Yo soy el Che de los Gays, no se te olvide”, le dije, amable pero firme, despidiéndome de ella pero encontrándome cara a cara con Tania de paso, mirándola de frente, pero sin saludarle, ni reverenciarle. No sé qué le habrá dicho Zaldívar a Bruguera, tal vez nada, tampoco me importa, pero lo que sí me importó y mucho, fue conocer en qué estaba Tania Bruguera en Chile, evidentemente, promoviendo su trabajo contrarrevolucionario como activista vestida de artista pagada por USA te USA.
Días después de este casual episodio comenzaron a aparecer fotografías de Bruguera en sus redes, posando con artistas, periodistas e intelectuales chilenos, entre ellos el cuestionado ministro de Cultura, la periodista Alejandra Matus, el actor Francisco Reyes y la pareja de Gabriel Boric, la frenteamplista Irina Caramanos. Del mismo modo, Bruguera exhibió imágenes en sitios de la memoria, como Villa Grimaldi, buscando mostrarse cercana a la lucha por los Derechos Humanos en Chile. Así, pretendiendo cosechar «apoyos de la izquierda chilena» a la causa gringa contra la Revolución Cubana, Bruguera ostentó con calculado orgullo sus pasos por Santiago de la mano de representantes del gobierno, incluyendo en estas fatuas estampitas de colección una muy particular instantánea con el ex senador democratacristiano Andrés Zaldívar, en la intimidad de su amplia casona del sector oriente de Santiago, invitada por la hija de Zaldívar, amiga personal de Bruguera, directora designada del Museo de la Solidaridad Salvador Allende.
Publicitada por el Museo de la Solidaridad Salvador Allende, pensado y creado para resguardar la obra cultural de numerosos artistas del mundo que apoyaron el gobierno socialista de la Unidad Popular, administrado por la Fundación Arte y Solidaridad, cuyo directorio es integrado por ex ministro Ricardo Solari y el lobista Enrique Correa Ríos, Tania Bruguera usa y abusa del nombre del Museo de la Solidaridad Salvador Allende – y de Allende- para exportar a Chile su pagado anticomunismo cubano, vestido de lucrativo arte político, apoyando el criminal bloqueo a la economía y a la cultura en Cuba. Así, mientras Salvador Allende en vida fue amigo de Fidel Castro y la Revolución Cubana, los ahora herederos culturales del ex mandatario traicionan su legado, abriendo las puertas a la contrarrevolución exportada en medio de los sentidos actos conmemorativos de los 50 años del Golpe Cívico – Militar de Augusto Pinochet Ugarte.
«Esa visita es una afrenta a Salvador Allende y al pueblo de Chile, víctima del pinochetismo que esa «artista» representa», escribió en redes sociales el periodista y activista de la diversidad sexual cubano, Francisco Rodríguez. Se trató de la primera reacción pública, después de mi denuncia en redes, frente a este incomprensible invitación del Museo de la Solidaridad a la contrarrevolucionaria Tania Bruguera que, se anuncia, inaugurará en sus instalaciones una exposición para conmemorar los 50 años del “quiebre constitucional”, como describe -eufemísticamente- el Museo de la Solidaridad en su página web a lo que llamamos certeramente como el Golpe Cívico – Militar. ¡Una vergüenza!
A la reacción del reconocido periodista cubano, redactor del periódico de los trabajadores en la isla, pronto de sumaron cartas de legítima indignación publicadas por organizaciones solidarias con Cuba e incluso del nieto de Salvador Allende, el médico Pablo Sepúlveda Allende, hijo de Carmen Paz Allende, la hija más silenciosa del compañero presidente. Su carta, difundida por redes sociales, fue ampliamente replicada en medios de comunicación nacional e internacional, entre ellos el mismísimo Granma, Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. “Hacemos un enérgico llamado tanto a la Directiva como a las y los trabajadores del Museo de la Solidaridad Salvador Allende para que se retracten de la grotesca provocación y reparen el insolente agravio hacia la imagen, memoria y legado de Salvador Allende que están cometiendo al organizar la exposición de la artista cubana Tania Bruguera, una artista que solo destaca porque su puesta en escena es contraria políticamente a la Revolución Cubana, esa misma Revolución que tanto Allende como millones y millones de personas en Cuba como en el mundo entero admiramos, defendemos y amamos”, dijo el nieto de Allende.
La escandalosa apuesta política y cultural del Museo de la Solidaridad Salvador Allende ha despertado diversas reacciones de políticos, artistas e intelectuales. Reacciones que no se detienen, más bien crecen y crecen. Hace algunos días, el irreverente artista Francisco “Papas Fritas” señaló en “Yo no canto por cantar”, su flamante programa de Instagram, que sería “idiota” cancelar a Bruguera, pero confesó que no valora la apuesta de la artista cubana porque “su discurso se perdió” en su contradictorio activismo político. “Papitas Fritas” aseguró que Bruguera le escribió en estos días para decirle que su trabajo y discurso era de izquierda. “Mi salida a Cuba es por la izquierda”, habría dicho Bruguera a nuestro artista nacional. “Yo no le creo”, dice “Papas Fritas”. ¿Por qué se reúne, entonces, con el golpista Andrés Zaldívar, padre de la directora del museo?”, se pregunta el creador de polémicas e incendiarias intervenciones político – culturales que han hecho historia en Chile. Por su parte, a través de diversas notas periodísticas, otros artistas, que siguen el trabajo de Bruguera, critican la curatoría del Museo de la Solidad Salvador Allende que incluye a Tania Bruguera entre sus expositoras por considerar “inoportuno” presentar su trabajo en el museo que recuerda al líder de la Unidad Popular, mucho menos en los convulsionados tiempos que corren.
Mientras el gobierno de Gabriel Boric ensaya su errático relato sobre los 50 años del Golpe Cívico – Militar y la rabiosa gusanería cubana en Chile promueve una manifestación en contra de la Revolución Cubana en las puertas de la Embajada de Cuba en Chile, acto gatillado e instigado por Tania Bruguera, el Museo de la Solidaridad Salvador Allende publica por redes sociales un infame comunicado público en respaldo de la “premiada” artista, señalando que las noticias, publicaciones y cartas que circulan en redes sociales, cuestionando la invitación del Museo de la Solidaridad a la activista cubana “son reflejo fiel del escenario político actual, marcado por la desinformación y los prejuicios, y responden a un desconocimiento tanto del proceso creativo y la profundidad de la obra de la artista, como de la misión del MSSA”, pretendiendo calificar de tontas e idiotas a muchas personas, organizaciones e instituciones que hemos cuestionado la pertinencia y legitimidad de exponer la obra de una activista contrarrevolucionaria en el sitio de memoria cultural que recuerda el legado de Salvador Allende.
Del mismo grosero modo, el comunicado, tal vez escrito en las oficinas del converso Enrique Correa, señala que el Museo de la Solidaridad Salvador Allende invita a Tania Bruguera para “destinar espacios de reflexión en torno a lo que fue, a lo que está siendo y lo que queremos que sea Chile”. Es decir, el Museo de la Solidaridad, que comparte oficinas con la Fundación Salvador Allende, dirigida por la familia Allende, invita a una contrarrevolucionaria cubana para reflexionar “en torno a lo que fue, a lo que está siendo y lo que queremos que sea Chile”, olvidando que fueron precisamente intereses foráneos los que desestabilizaron el gobierno de la Unidad Popular. Una vergüenza para Salvador Allende, una torpeza histórica de parte de la familia del compañero presidente –exceptuando a Pablo Sepúlveda Allende- que permiten esta afrenta a la memoria de Salvador Guillermo Allende Gossens. Finalmente, profundizando en el descaro político, el comunicado del Museo de la Solidaridad Salvador Allende señala que “nos desembarcamos también de polémicas partidarias que solo provocan el aumento de la beligerancia del debate y buscan dividir a los que hemos trabajado desde la resistencia por la memoria y la justicia”.
Hoy, vísperas de las anunciadas protestas de la gusanería cubana en las puertas de la Embajada de Cuba en Chile, mientras Isabel Allende Bussi descansa sosegada en la histórica casa de la familia Allende de Guardia Vieja, pienso qué nombre debiera llevar el Museo de la Solidaridad Salvador Allende en septiembre 2023 cuando reciba con “mano ajena” la exposición imperialista de la contrarrevolucionaria cubana Tania Bruguera, persona non grata para pueblo chileno allendista. Por supuesto, no podrá ser nunca más “Museo de la Solidaridad”, ni mucho menos “Museo de la Solidaridad Salvador Allende”.
A la memoria de Beatriz Allende Bussi que murió en La Habana de Fidel Castro Ruz, un 11 de octubre de 1977.
Santiago de Chile, 8 de julio de 2023