En el 2013 el presidente chino Xi Jinping propuso a sus vecinos Kazajistán e Indonesia la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) con el propósito de construir un espacio de intercambio comercial y económico que favoreciera el desarrollo regional en torno a un corredor milenario.
Diez años después, la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI confirma la vitalidad de uno de los corredores comerciales y económicos más antiguos de la humanidad.
A largo de un decenio la BRI ha facilitado el diálogo político, el desarrollo de infraestructura, el libre comercio, la circulación del capital, la integración entre los pueblos, así como la profundización de la cooperación y el entendimiento mutuo, según trascendió en el seminario internacional organizado por la embajada de China en la Habana y en el que participaron representantes diplomáticos de Kazajistán, Paquistán, Indonesia, Sri Lanka y Egipto, entre otros, así como invitados de entidades cubanas y empresarios asiáticos radicados en la nación antillana.
El excelentísimo embajador de China en Cuba Ma Hui sostuvo que la BRI conecta hoy a más de 150 países y 32 organizaciones internacionales, y ha generado casi un billón de dólares en inversiones. En su entorno se han desarrollado más de tres mil proyectos y ha sacado de la pobreza a cerca de 40 millones de personas.
Mencionó varios ejemplos de proyectos exitosos entre ellos la Base de Cooperación Logística China-Kazajstán (Lianyungang), devenida centro neurálgico para las exportaciones de esa nación y la región Asia–Pacífico; y el tren de alta velocidad Yakarta-Bandung, en Indonesia, que hará un recorrido de 142 kilómetros en unos 40 minutos y representa un avance trascendente para el desarrollo económico, la infraestructura y la logística del área.
Ma Hui se refirió también al Corredor Económico China-Pakistán (CEPEC), información que luego fue ampliada por el excelentísimo Shahbaz M. Malik, embajador de paquistaní en Cuba, quien explicó que la experiencia también tendrá un impacto positivo en Irán, Afganistán, India, las repúblicas de Asia Central y la región en general.
El CPEC es una ruta de 3 mil 218 kilómetros de largo que consta de carreteras, vías férreas, oleoductos y puertos marítimos, “pasa por la provincia pakistaní de Gilgit-Baltistán y conecta la provincia occidental china de Xinjiang Kashgar con el resto del mundo”, precisó el diplomático, quien explicó que los principales beneficios para su nación podrán constatarse en los ámbitos de la energía, la agricultura, la infraestructura de desarrollo y el empleo local.
Los proyectos de CPEC podrían proporcionar “puestos de trabajo a 70 mil pakistaníes para 2030 y se espera que generen 0,7 millones de oportunidades de empleo en el futuro”, dijo.
El representante chino recordó, por su parte, la experiencia de la zona de cooperación económica y comercial de Suez, construida de conjunto con Egipto, de la cual resultaron más de 50 mil nuevos empleos para la nación africana.
El excelentísimo Ma Hui subrayó que en América Latina y el Caribe, de donde participan 21 países y varios proyectos, la Iniciativa exhibe hoy un parque solar fotovoltaico en la zona especial de desarrollo Mariel, un acuerdo de libre comercio entre China y Ecuador, y la ampliación del convenio de canje de divisas pactado entre su país y Argentina.
Hace más de 2000 años, dijo Ma Hui, nuestros antepasados abrieron la Ruta de la Seda por tierra, uniendo Asia, Europa y África, y la Ruta de la Seda por mar, conectando Oriente y Occidente, abriendo una nueva ventana para los intercambios amistosos entre países y escribiendo un nuevo capítulo del desarrollo y el progreso humanos.
La propuesta actual se adhiere al principio de negociar, construir y compartir juntos. Defiende la idea de “discutir los asuntos entre todos”, e invita a tomarse de las manos y derribar muros. “La no cooperación es el mayor riesgo, y el subdesarrollo es la mayor inseguridad”, sentenció.
China sigue siendo la economía con el mejor impulso de desarrollo, aseveró MaHui, y continuará considerando y planificando la construcción conjunta de un nuevo patrón de desarrollo, incluida la construcción de la Franja y Ruta, donde se cultiva la cooperación en los campos ecológico, digital e innovador, y se proporcionan oportunidades de mercado, inversión y crecimiento a los países participantes: “Esta es, en nuestro caso, una opción obligatoria para promover la cooperación estable y a largo plazo de la Iniciativa”, aseveró.
El diplomático chino anunció que aprovecharán el III Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional (octubre, 2023) “para profundizar aún más la confianza política con otros países, mejorar la conectividad, promover el desarrollo equilibrado del comercio, atraer la participación de organismos de cooperación multilateral e instituciones financieras, y crear un importante patrón para el intercambio cultural, de modo que la Franja y la Ruta pueda convertirse en un verdadero camino de la cooperación, del desarrollo y de la Felicidad”.
“China seguirá promoviendo la paz y el progreso en el mundo mediante su propia estabilidad y desarrollo, al tiempo que trabaja codo con codo con todas las partes para construir una comunidad de destino humano y crear un futuro mejor”, concluyó el embajador Hui.
Valoraciones desde la academia
El experto cubano Eduardo Regalado Florido, especialista del Centro de Investigaciones de Política Internacional, sostuvo que la Iniciativa de la Franja y la Ruta “es un proyecto de largo plazo que se centra en la colaboración para el desarrollo de la interconectividad, la infraestructura y una red de comercio a escala global”.
Para él la experiencia puede entenderse como parte de la concepción china del multilateralismo y destacó que el propósito es “promover el desarrollo local, la prosperidad, la estabilidad, ampliar el diálogo y el aprendizaje mutuo”.
El proyecto ha dejado de ser una iniciativa multirregional para convertirse en una global que plantea un diálogo civilizatorio, ratificó: “Se ha convertido en un bien público de alta calidad iniciado por China y construido por todos los socios, que ha traído beneficios reales a los participantes y a sus pueblos”.
Regalado Florido reconoció que la idea inicial “ha crecido cualitativamente incorporando lo digital, lo ambiental, lo espacial, lo sanitario y lo cultural. (…) Con la iniciativa de la Franja y la Ruta se fortalece la construcción de un mundo multipolar, encaminado a construir un orden y gobernanza justos que respondan a las necesidades del desarrollo y de la paz”, concluyó.