Yaniris Hernández Vento y Mariela Álvarez Cabrera tienen mucho en común: contagiosa sensibilidad, alta elocuencia a la hora de narrar sus a veces conmovedoras experiencias laborales, el deseo inmenso de aportar siempre un extra en la labor que desarrollan en sus comunidades y una frase que las caracteriza: antes que todo trabajadora social.
Mariela dirige a los trabajadores sociales en la demarcación del Consejo Popular Jarahueca, en Sancti Spíritus, y Yaniris, desde el año 2002 fue trabajadora social allá en su Camagüey natal, y hoy es viceministra de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) a cargo, entre otros temas, de la prevención y el trabajo social.
“No es trabajar para cobrar un salario; tenemos que amar la profesión para que todo nos quede bien”, expresa Mariela, al narrar recientemente el famoso caso de las dos jimagüitas como ella lo llama, una historia en que las lágrimas casi le impiden hablar. “Dos niñas abandonadas de solo tres años, con una crítica situación de vulnerabilidad… Hoy las dos estudian Medicina en la Universidad y son parte de mi gran orgullo como trabajadora social”.
De trabajadora social a viceministra
Yaniris apenas suma tres meses en su nueva responsabilidad como viceministra, y no podrá olvidar jamás su primer caso, la historia de aquel joven de 33 años, con discapacidad mental y su madre, una mujer viuda, no podía manejar el caso del muchacho, quien manifestaba hacia ella actitudes agresivas.
“Yo tenía solo 18 años y con el tiempo me convertí en su amiga, en la única persona que podía entrar a la casa. Me ayudaron mucho la delegada del Poder Popular y los vecinos. Logramos que el joven fuera el mensajero de su comunidad y hoy está en una institución hospitalaria.
“La primera responsabilidad de los trabajadores sociales es caracterizar a las personas, grupos y familias que viven en la demarcación en que actúan y tener muy claro quiénes de esas personas son objeto de atención del trabajo social, algo vinculado a las problemáticas que estos sean capaces de identificar.
“Además, deberán buscar siempre solución definitiva a los problemas sociales que localicen, donde se incluyen las personas que abandonan el estudio o el trabajo. No podemos olvidar que según estudios realizados un número significativo de jóvenes no han culminado el noveno grado.
“Por otro lado, tienen que lograr también que las personas que cumplieron sanción penitenciaria se reincorporen al medio y al trabajo, a la sociedad”, nos dijo.
La alta directiva del MTSS destacó como de suma importancia para los trabajadores sociales los vínculos que establezcan con las organizaciones e instituciones con la responsabilidad de acompañarlos en su labor, así como la evaluación de si las políticas públicas diseñadas para atender los problemas sociales se ajustan a la solución de estos.
Sin embargo, no obstante los incuestionables resultados de las políticas sociales de la Revolución, persisten problemáticas que demandan el perfeccionamiento del ejercicio del trabajo social, que sea cada vez más acorde a los propósitos de transformación social integral y de emancipación que exige el desarrollo socialista.
Desde septiembre del 2022 se trabaja en la aprobación de la Licenciatura en Trabajo Social, que se estima comience en el año 2024, pero las dinámicas de las prácticas del trabajo social a nivel local limitan la efectividad de su accionar y desestimulan la permanencia de estos profesionales.
“Para el 2011 se había reducido mucho el número de trabajadores sociales. Hoy la plantilla aprobada es de 7 mil 327 compañeros, pero solo llegamos a poco más de 6 mil 900, de los que el 45 % son provenientes del programa iniciado por Fidel en el 2000. El propósito es cubrir el próximo año todas las circunscripciones del país y que cada trabajador social atienda unas 120 familias”, nos puntualizó.