El pueblo de Santiago, en nombre de Cuba toda, recuerda y rinde homenaje este 30 de junio a tres paradigmas de jóvenes patriotas: Josué País, Floro Vistel y Salvador Pascual, asesinados un día como el de hoy, de 1957, por soldados al servicio de la dictadura de Fulgencio Batista.
A 66 años de aquella aciaga jornada el gesto de esos jóvenes revolucionarios se reafirma como ejemplo de valor.
La misión a ellos encomendada era, luego de escuchadas las explosiones que debían ocurrir en el parque de Céspedes, salir a las calles a enfrentar con las armas a los sicarios del régimen.
En ese céntrico sitio de la ciudad tendría lugar un mitin, encabezado por el sanguinario Rolando Masferrer, para aparentar un apoyo popular a la tiranía.
Como contrapartida, integrantes del movimiento clandestino en la ciudad colocarían una carga explosiva cuya detonación sería la señal para que el grupo liderado por Josué País, y otros más, cumplieran con lo pactado.
A pesar de no ocurrir el esperado estallido Josué, junto a sus compañeros de lucha Salvador y Floro, no quedaron de brazos cruzados: subieron a un auto y se fueron a las calles a conquistar a cualquier precio la soñada libertad.
Justo en la intercepción del Paseo Martí y la Calzada de Crombet fueron interceptados por soldados batistianos y baleados sin compasión, segando así tres valiosas vidas.
Cada 30 de junio, en el sitio donde fueran asesinados, se colocan flores, y tiene lugar un acto de recordación protagonizado por jóvenes que como Floro, Salvador y Josué llevan la patria piel adentro.
Ellos tres son memoria y ejemplo multiplicado, reviven en el nombre de una escuela, de una fábrica, o de una institución de la salud, y reencarnan en los jóvenes de Santiago y de Cuba que aportan cada día, desde sus desempeños cotidianos, al proyecto social que defendemos cubanas y cubanos, y por el cual Josué, Floro y Salvador ofrendaron sus vidas.