Primero nada, luego demasiado… así de dispar han estado las precipitaciones en el oriente cubano.
Tanto altibajo suma otro fardo al agricultor, que igual se enfrenta a las implicaciones de la escasez y carestía de combustibles e insumos, junto con un desenfrenado (y no eficazmente enfrentado) incremento del robo de las cosechas en los campos y el hurto y sacrificio de animales principalmente de bueyes y caballos.
En el polo productivo El Alambre, en el santiaguero municipio de San Luis, acontece todo eso y más, tensando al límite la voluntad de los hombres y mujeres de labranzas, esos que sí saben de resistencia creativa y la ponen en práctica.
De ello dan fe los 33 trabajadores de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Alberto Marrero, comandada por Eskaterine Vaillant Villalón, quien junto a su tropa, anda de correcorre por lo que significa la pérdida de 18 hectáreas (ha) de frijol (10) y de calabaza (8), de las 476 ha con las que cuentan.
“Eso serían unas 12 toneladas de frijol y unas 36 de calabaza, comenta, imagínese usted, lo que implica en el orden económico para nuestra UBPC, y de garantía de alimentos para el pueblo.
“Pero es que fue mucho tiempo sin una gota de lluvia, y luego aquellos torrenciales aguaceros que anegaron los cultivos, y ahora otra vez sin precipitaciones, eso nos va pasando factura”.
Igual se aprieta la jugada con la voraz aparición de plagas que parecen ensañadas en doblegar la voluntad de la gente de El Alambre, que junto a Los Reynaldo (Songo-La Maya) y Laguna Blanca (Contramaestre) deviene pilar de la sostenibilidad alimentaria, en materia de viandas y vegetales, de la ciudad santiaguera, además de tributar al autoabastecimiento municipal.
“Natura nos la pone dura otra vez, dice la ingeniera agrónoma Yudiskenia Pérez, ahora mismo la calabaza está plagada de Margaronia, un gusano que primero arrasa las hojas, y luego el fruto, del anochecer al amanecer bien que puede devorar un campo entero.
“En el caso del frijol lo ha atacado el trip y a mi juicio ya se perdió, está muy dañado, tal vez solo podamos coger alguna que otra semilla, aunque no dejamos de buscar alternativas por aquí y por allá para fumigarlo, igual que a la calabaza”.
En los predios sanluiseros las intensas precipitaciones de finales de mayo y principios de junio hicieron estragos en la agricultura, “86 ha, de 6 mil 110 que tenemos dedicadas a los cultivos varios, puntualiza Luis Enrique Cuello, director de la Empresa Agroforetal de San Luis, en lo fundamental de pepino, frijol y calabaza.
“Si se mira de manera global podría decirse que es poco, pero en medio de la actual situación del país cada libra de alimento cuenta e importa sobremanera.
“La estrategia fue enseguida cosechar lo salvable, y pusimos manos a la preparación de tierras y sembrar ahora y para la el cierre de año unas 7 mil 626 ha con col, calabaza, yuca, boniato, cebolla, maíz, frijol, plátano…
“Pero le digo más, ya estamos avanzando en la tarea de abrir otros dos polos productivos, uno en Poza Blanca y otro en El Tetuán”.
Cada propósito agrícola en el camino de incrementar las producciones y generar una disminución de los precios de esos surtidos, tiene acompañamiento constante de las estructuras sindicales, conocedoras de lo urgente de cumplir bien las misiones de movilización y representación que les son consustanciales.
“Promovemos la realización de jornadas voluntarias los fines de semana en los principales escenarios de siembra y cosecha del territorio, además de estar muy atentos a los planteamientos de los afiliados”, explica Daysi Pozo Vega, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros (SNTAFT) en la provincia de Santiago de Cuba.
“Las motivaciones son muchas, por ejemplo, el cercano aniversario 70 del Moncada y la venidera Conferencia Nacional del SNTAFT, prevista para septiembre próximo”.
Justo a ese momento de reflexión, debate y proyecciones asistirá como delegado Rody Carmenaty Castañeda, joven usufructuario de El Alambre, quien recientemente, allí en su finca, intercambiara con Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Partido y Presidente de la República, quien recorrió las plantaciones, se interesó por los daños de las lluvias, la recuperación, y en sentido general por los resultados que alcanza este productor de avanzada.
A Rody también el reciente temporal le afectó algunos cultivos: “El frijol y la fruta bomba, fundamentalmente, cosa que a uno le duele, porque eso venía bonito cantidad…
“Pero bueno, sin lamentos, vamos a la carga otra vez, la naturaleza impone y uno dispone, nos caemos, nos levantamos con más experiencia que antes, pero rendirnos jamás.
“Con ese espíritu de victoria vamos a la Conferencia Nacional de nuestro sindicato porque es el espíritu que le ponemos al surco todos los días”.