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Rafael y Rolando, y la suerte de la Yutong 1694

En la condición de Vanguardia Nacional conquistada en los últimos cinco años por la unidad empresarial de base Ómnibus Nacionales, de Las Tunas, se conjuga el esfuerzo  de todos, pero sus directivos y trabajadores coinciden en que, por su espíritu  innovador, los mecánicos y choferes son los baluartes del éxito.

Rafael es un eterno enamorado de su trabajo, al igual que Rolando, que en el momento de la entrevista andaba en gestiones fuera de la unidad. Foto: Jorge Pérez Cruz

 

Solo así se puede entender cómo en estos tiempos de tantas limitaciones de piezas, insumos, combustibles y otros recursos imprescindibles, la unidad mantenga un coeficiente de disponibilidad   técnica superior al 82 %, y que 22 de las 24 guaguas con que cuentan sigan rodando.

“Todos son muy buenos. Todos vivimos buscando alternativas para sortear esas dificultades”, dice con acento humilde y modestia el conductor Rafael Bello Acosta, reconocido entre los más destacados durante el 2022.

Rafael es de poco hablar, prefiere traducir sus pensamientos en acciones prácticas y así lo ha hecho durante más de 38 años aferrados al volante, primero en labores de centros adscriptos al extinto Ministerio del Azúcar, y desde hace siete calendarios conduciendo, junto a Rolando Rodríguez Peña, la Yutong 1694.

“No es de las nuevas, nuevas, pero rinde como si lo fuera. Nunca nos ha dejado en el camino”, afirma Rafael,  y lo demuestra cada dos días en los extensos y agotadores recorridos Las Tunas-La Habana, “ahora mismo, dice, le estamos arreglando la caja de velocidad, que nos ha estado dando problemas, porque el objetivo es no perder tiempo en el traslado y ahorrarles esa incomodidad a los viajeros, y cuando salga tengamos llegada feliz a nuestro destino.”

Pero, ¿esa aspiración anda entre peligros potenciales?, “sí, reconoce. En la vía hay que extremar las precauciones, porque  la seguridad no depende solo de los buenos deseos”, comenta y su rostro resplandece cuando asegura que en esas casi cuatro décadas conduciendo nunca ha tenido un accidente.

Lo dice y reseña  causas, “a mí me gusta lo que hago y cada día me enamoro más de mi trabajo. Yo me siento súper bien cuando todo está funcionando y le estoy dando un buen servicio a la población, y ese amor toma forma en su comportamiento cotidiano que lo traduce enmantener la velocidad establecida,   tener mucha precaución,   respetar  al pie de la letra todas las leyes del tránsito y descansar, que es fundamental para evitar  te sorprenda el sueño en la carretera”, esas son las premisas que carga, también,  en cada recorrido, y ahí están los resultados.  

De su larga trayectoria laboral distingue  las riesgosas jornadas en los días más álgidos de la Covid-19, “nunca estuvimos parados, siempre trabajando con la brigada Henry Reeve, trasladando a los médicos a los hospitales y centros de aislamiento dentro de la provincia, y también desde el aeropuerto de La Habana para a; lo cuenta  con cierto orgullo campechano, porque sabe cuánto contribuyó esa fuerza de profesionales de la Salud a salvar vidas, dentro y fuera del país.

Aunque se ha ido perdiendo la tradición que es, también, indicación de recibir con cortesía a los pasajeros y brindarles información detallada del itinerario, Rafael y Rolando lo continúan haciendo, “porque cuando usted les da la bienvenida   y los orienta, se establece confianza, se logra la empatía y nos sentimos como en familia. No es bueno pasar tantas horas viajando como extraños”, remarca.

Hace 10 años que Rafael y Rolado andan juntos. Ellos han formado un dúo para respetar que honra al mártir del sector José María Pérez y es ejemplo para los trabajadores del ramo que este 28 de junio celebran su Día, y que  la Yutong 1694 aprecia como un acto de suerte y agradece sus desvelos rindiendo al máximo.

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