En la condición de Vanguardia Nacional conquistada en los últimos cinco años por la unidad empresarial de base Ómnibus Nacionales, de Las Tunas, se conjuga el esfuerzo de todos, pero sus directivos y trabajadores coinciden en que, por su espíritu innovador, los mecánicos y choferes son los baluartes del éxito.
Solo así se puede entender cómo en estos tiempos de tantas limitaciones de piezas, insumos, combustibles y otros recursos imprescindibles, la unidad mantenga un coeficiente de disponibilidad técnica superior al 82 %, y que 22 de las 24 guaguas con que cuentan sigan rodando.
“Todos son muy buenos. Todos vivimos buscando alternativas para sortear esas dificultades”, dice con acento humilde y modestia el conductor Rafael Bello Acosta, reconocido entre los más destacados durante el 2022.
Rafael es de poco hablar, prefiere traducir sus pensamientos en acciones prácticas y así lo ha hecho durante más de 38 años aferrados al volante, primero en labores de centros adscriptos al extinto Ministerio del Azúcar, y desde hace siete calendarios conduciendo, junto a Rolando Rodríguez Peña, la Yutong 1694.
“No es de las nuevas, nuevas, pero rinde como si lo fuera. Nunca nos ha dejado en el camino”, afirma Rafael, y lo demuestra cada dos días en los extensos y agotadores recorridos Las Tunas-La Habana, “ahora mismo, dice, le estamos arreglando la caja de velocidad, que nos ha estado dando problemas, porque el objetivo es no perder tiempo en el traslado y ahorrarles esa incomodidad a los viajeros, y cuando salga tengamos llegada feliz a nuestro destino.”
Pero, ¿esa aspiración anda entre peligros potenciales?, “sí, reconoce. En la vía hay que extremar las precauciones, porque la seguridad no depende solo de los buenos deseos”, comenta y su rostro resplandece cuando asegura que en esas casi cuatro décadas conduciendo nunca ha tenido un accidente.
Lo dice y reseña causas, “a mí me gusta lo que hago y cada día me enamoro más de mi trabajo. Yo me siento súper bien cuando todo está funcionando y le estoy dando un buen servicio a la población”, y ese amor toma forma en su comportamiento cotidiano que lo traduce en “mantener la velocidad establecida, tener mucha precaución, respetar al pie de la letra todas las leyes del tránsito y descansar, que es fundamental para evitar te sorprenda el sueño en la carretera”, esas son las premisas que carga, también, en cada recorrido, y ahí están los resultados.
De su larga trayectoria laboral distingue las riesgosas jornadas en los días más álgidos de la Covid-19, “nunca estuvimos parados, siempre trabajando con la brigada Henry Reeve, trasladando a los médicos a los hospitales y centros de aislamiento dentro de la provincia, y también desde el aeropuerto de La Habana para acá”; lo cuenta con cierto orgullo campechano, porque sabe cuánto contribuyó esa fuerza de profesionales de la Salud a salvar vidas, dentro y fuera del país.
Aunque se ha ido perdiendo la tradición que es, también, indicación de recibir con cortesía a los pasajeros y brindarles información detallada del itinerario, Rafael y Rolando lo continúan haciendo, “porque cuando usted les da la bienvenida y los orienta, se establece confianza, se logra la empatía y nos sentimos como en familia. No es bueno pasar tantas horas viajando como extraños”, remarca.
Hace 10 años que Rafael y Rolado andan juntos. Ellos han formado un dúo para respetar que honra al mártir del sector José María Pérez y es ejemplo para los trabajadores del ramo que este 28 de junio celebran su Día, y que la Yutong 1694 aprecia como un acto de suerte y agradece sus desvelos rindiendo al máximo.