Cualquier pregunta sobre los Convenios Colectivos de Trabajo (CCT) recibirá, con toda seguridad, la respuesta correcta por parte de la administración, la dirección sindical, los afiliados y trabajadores y hasta de alguien sin relación directa o indirecta con el asunto.
Así sucederá porque ni aún a quienes no les convenga a sus intereses personales cumplir lo convenido, se atreverá públicamente a pronunciarse en contra de una normativa que beneficia a todos.
La parte administrativa tiene normas y procedimientos, la mayoría de las veces escritas, pero cuando no, cuentan con el chequeo de niveles superiores que les hacen correcciones o aclaraciones, pero no sucede igual con los sindicalistas.
Sin embargo, los líderes obreros disponen de un instrumento que es el CCT que, bien utilizado, puede evitar conflictos con solo evocar su contenido y recordar a cada uno sus deberes y derechos y hacerlos cumplir tras una simple lectura a lo acordado.
Lo lamentable es que se ignora, como ilustra brevemente el siguiente comentario:
Milagros Delgado dice:
¿Y eso existe?
Veamos las conveniencias del convenio:
Yara Cárdenas Restoy dice:
Si se aterrizara en lo importante es que la labor del sindicato y lo que significa la actualización del convenio con la masa y administración… otro gallo cantaría… y el pero está precisamente en el desconocimiento de qué es y para qué sirve…es más que cotización
Joel Macías Rivas dice:
Lo mejor que tiene un CCT es el trabajo que da confeccionarlo; lo peor que tiene es que en la mayoría de las ocasiones, se engaveta.
Y nos acordamos del CCT cada vez que avisan de una visita de la CTC o para ponerlo en una propuesta de medida o cuando te avisan de una auditoria.
En cuanto a qué hacer para revertir la situación:
Roberto Suárez dice:
¿Qué hacer? Creo que no se hace nada
Anuka Martinez Roque dice:
Convertirlo en un instrumento viable, que sea la pauta para el trabajo, que dé resultados y se cumpla. Que no sea un informe más, engavetado u obsoleto.
Berta Luisa Camacho Jiménez dice:
Primero: participar los trabajadores en su confección. Segundo: hacerlo práctico y entendible. No tiene por qué copiar la ley que hay que cumplir.
Sin dudas, hay que reconocer que el CCT no está siendo un instrumento de trabajo sindical, ni una herramienta para lograr el funcionamiento eficiente y eficaz de un centro laboral.
A partir de tener sentido del escenario y valorar lo que sucede, lo más elemental es tener en soporte tradicional de papel o digital ese documento para consultarlo constantemente, y si no es posible que cada persona tenga un ejemplar, ponerlo en lugar asequible para todo el que necesita consultarlo en cualquier momento.
En resumen: Aún cuando no esté correctamente confeccionado, el proceso de perfeccionamiento tiene que transitar obligadamente por usarlo, y en la práctica detectar sus problemas y enmendar o adecuar los contenidos.
Si no se hace nada, nada sucederá, salvo continuar en la misma situación con sus nefastas consecuencias.
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