No obstante, su juventud, Oscar Rodríguez Padrón impone respeto. Es serio y sus palabras salen sin titubeos. Estar al frente de la dirección de Operaciones de la Empresa de Transportación de Trabajadores (ETT) es un reto, pero él lo asumió con entereza, confiado en su formación.
Nació en 1993, en Ciego de Ávila, en pleno Periodo Especial. No recuerda las complejidades de ese tiempo, él estaba amparado por el amor de sus padres. Entusiasmado por el auge de las nuevas tecnologías, se hizo técnico de nivel medio en Informática, en su ciudad natal y comenzó a laborar, en el 2011.
Fue en el 2015 cuando decidió trasladarse a vivir con su papá, en la capital y en la Unidad Empresarial de Base Habana (UEB), perteneciente a la ETT, encontró oportunidad de trabajo como técnico en gestión comercial; y posteriormente asumió la dirección de ese grupo. A los siete años, ya siendo reserva de cuadro, resultó propuesto como jefe de la referida UEB.
Era un desafío. “Claro que tuve tropiezos”, confiesa y añade que, en particular, con los choferes. Dice que lo más complejo fue buscar el método para “llegar a todos, motivarlos, unirlos y guiarlos”.
Subraya que su estrategia fue una: “la atención a los problemas de su colectivo y mantener la disciplina. Era importante que confiaran en mí, que vieran que había deseo e interés”.
Estar al frente del colectivo exigió mayor preparación. “He tenido que estudiar procedimientos, resoluciones, leyes, asuntos vinculados con recursos humanos, seguridad y salud del trabajo, sistemas de pago. Cuando hacía un análisis con un trabajador, demostraba la base legal en la cual sustentaba mis criterios”.
Para estar aún más capacitado, Oscar se propuso hacerse chofer de ómnibus. “Aproveché un curso impartido por compañeros de experiencia e hice el teórico y después el práctico”, acotó.
Destaca como muy útiles los cursos que en los que ha participado, “por ejemplo: el de técnicas y habilidades de dirección en la Escuela Ramal del Sector del Transporte (Preger). Fue muy importante también el encuentro que organizó el Departamento de Cuadros del GEA con los jóvenes que son parte de la reserva. Eso nos permitió rotar por las diferentes direcciones y ver, en la práctica, las diferentes dinámicas en las empresas”.
Una meta superior
Sobre los hombros de Oscar está una nueva misión. “Me propusieron estar al frente de la dirección de Operaciones de la ETT y no podía decir que no, la empresa lo necesitaba y yo me sentí en condiciones de cumplir. Ya llevaba siete años integrado al Consejo de Dirección de la UEB y eso te da herramientas”.
No obstante, reconoce que es una tarea compleja, dado el bajocoeficiente de disponibilidad técnica de los vehículos. “Pero no podemos pararnos. Hay que trazar estrategias operacionales para abarcar la mayor cantidad de servicios con menos ómnibus”.
Continuar su superación y realizar una carrera universitaria es el sueño que tiene Oscarito. Voluntad y perseverancia no le faltan a este joven que antepone intereses personales por el bien de su colectivo.
