La historia patria es un arma poderosa y el enemigo se empeña en destruirla. Así ocurrió cuando surgió la Jornada Maceo-Che sobre la cual se desató una campaña para separar ambas figuras, argumentando que Cuba había juntado intencionadamente un negro valiente junto a un extranjero porque no los unía la fecha de nacimiento, ya que el del Che no había ocurrido ese día.
Tal fue el tema abordado por Froilán González quien junto a su esposa Adys Cupull, ambos acuciosos investigadores de la vida del Che, participaron en el coloquio celebrado en el Palacio de los Torcedores con motivo del aniversario 95 del natalicio del Guerrillero Heroico.
Para desbaratar semejante falacia, explicó Froilán acudieron entre otros documentos, al expediente del Che en las Fuerzas Armadas donde se expresaba claramente que había nacido el 14 de junio de 1928, se imprimió la planilla y se difundió para contrarrestar la mentira, pero además cuando el Comandante Guevara se refirió en su Diario de Campaña en Bolivia, al 14 de junio de ese año 1967 recordó el cumpleaños de su hija Celia y que él había llegado a los 39 años:
“Se acerca inexorablemente una edad que da que pensar sobre mi futuro guerrillero, por ahora estoy entero”.
Adys recalcó la importancia de la verdad a la hora de abordar los acontecimientos históricos y la necesidad siempre de apoyarse en las fuentes documentales.
Resaltaron además la admiración que el Che sentía por Antonio Maceo, al que le dedicó uno de sus discursos y al caracterizar la actitud de los cubanos ante la Crisis de Octubre dijo: “Todo el pueblo fue un Maceo”. Mencionaron además cómo en una carta a su madre de septiembre de 1956 antes de partir a Cuba demostró conocer nuestra historia cuando le recordó a Mariana Grajales, al escribir:
“la madre de los Maceo se lamentaba de no tener más hijos para ofrecer a Cuba. Yo no te pido tanto, simplemente que mi precio o el precio de verme no sea algo que está contra tus convicciones o que te haga arrepentir algún día”.
En el encuentro se exhibió un documental sobre el Che titulado El hijo del Paraná, del cineasta italiano Walter Uliano Pisteli, que está en Cuba por invitación del ICAIC, que cuenta con otro material fílmico sobre El Che Guevara en el siglo XXI, que aspira a presentar en Villa Clara y otras localidades del país. Relató que al presentarlo en Estados Unidos ante jóvenes universitarios, quisieron sabotear el mensaje del filme mediante la intervención previa de un personaje que durante varios minutos difamó al Che, y cuando le dijeron a Walter si quería responderle, contestó; Que hablen las imágenes.
Al final, destacó el cineasta, los jóvenes se olvidaron del que había hablado y por el contrario se aproximaron a él abrumándolo a preguntas para conocer más de la epopeya narrada en el material fílmico.