Cuando arrancó la actual temporada fuimos sinceros y claros en los pronósticos de los posibles ocho clasificados y en la juventud que veríamos en los estadios del país. A punto de cerrar la clasificatoria (aunque los partidos suspendidos cobran hoy más importancia que nunca) los Alazanes de Granma, campeones defensores, la tienen muy complicado para incluirse en la postemporada, en tanto varios novatos merecen atención de aficionados y especialistas.
En aquel primer acercamiento dimos nuestros votos de avanzar a los mencionados monarcas, junto a los subtitulares de Matanzas, los polémicos azules de Industriales y la aguerrida tropa de Mayabeque. Sumamos también a Pinar del Río, Las Tunas, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, con Holguín e Isla de la Juventud en un escalón más abajo.
La realidad nos impuso que Santiago de Cuba y Artemisa (dijimos entonces que deseábamos fueran grandes revelaciones) saltaron entre los punteros y hoy parece muy difícil que no estén en cuartos de finales junto a Las Tunas, Matanzas e Industriales. A ese quinteto deben acompañarlos de igual modo los espirituanos, quienes cerrarán la ronda preliminar contra los tuneros. Dos boletos más siguen sin verse con claridad, con las mayores opciones para Mayabeque, Holguín y Ciego de Ávila.
Pero las preguntas de amigos y aficionados giran en una dirección: ¿Qué ha pasado con la tropa que dejó Carlos Martí en la cima por dos años consecutivos? ¿Por qué transitó casi toda la campaña en la zona de consuelo y no en la vanguardia? ¿Jugadores o cuerpo de dirección son los responsables de no recibir la postemporada?
No hay varitas mágicas en la pelota y menos para responder con acierto total si al revisar los renglones principales de juego vemos que no han estado mal: 289 de average, 970 en fildeo y 4.09 promedio de carreras limpias, es decir, entre los seis primeros en cada apartado y mejores que los promedios generales de la Serie.
Quizás la inestabilidad de una alineación (sin Carlos Benítez y Alfredo Despaigne como desearan), una rotación abridora inefectiva, así como muchos corredores dejados en base a la hora buena (solo han impulsado el 22 % de los encontrados) y un tacto que les traicionó en la caja de bateo (son los terceros que más se ponchan) puedan haber influido.
Sin embargo, con números similares lograron vencer en años anteriores la primera fase y luego la motivación crecía hasta el trono. Todo parece indicar que el exceso de confianza los traicionó ahora, y más contra holguineros, pineros y vueltabajeros, a quienes solo les arrancaron tres victorias y sufrieron 12 reveses.
Novatos con maderos y desde el box
El número de debutantes en esta campaña marcó récord y se acercó al 30 % del total de peloteros en acción. Y apunto que el trabajo con muchos de ellos ha sido acelerado, de ahí los turnos en la alineación o salidas al box con mayores responsabilidades que en otras temporadas. Veamos los nombres que consideramos más destacados a la hora de elegir el novato del año:
Con el madero, el camagüeyano Rafael Álvarez ha rendido para 328 de average con 10 empujadas y 455 de OBP. Igual de sobresaliente ha estado el polivalente granmense Yulieski Remón, que en 27 juegos jugados promedia para 371 con 16 remolcadas, un jonrón y 405 OBP. No se queda detrás de ellos el jardinero matancero José de Jesús Prens, de Matanzas, quien batea para 331, ha pegado 43 sencillos, con 13 impulsadas, un cuadrangular y 432 de OBP, además de recibir 22 boletos.
Desde la lomita las palmas mayores se las va llevando el industrialista Rafael Perdomo, ya suma siete éxitos sin derrotas, todas como relevista, con 32 ponches en 44 entradas y 2,86 promedio de carreras limpias. Otro que ha lucido de maravillas es el camagüeyano Fernando Ramos (5-2, 30 strucados en 36 inning y 2,70 de efectividad). En un escalón más abajo tenemos al pinero Lisvier Reyes (4-2 y 4,70 pcl), y al tunero Eliander Bravo (4-1, con 11 juegos iniciados y 4,10 pcl).
Habrá tiempo para entrevistarlos y seguir comentando de su paso por nuestras Series. Talento y calidad les sobra. Y eso es aplaudible.