Por Alina Martínez Triay
Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias, dijo Albert Einstein.
Los trabajadores cubanos han demostrado durante todos estos años de Revolución su capacidad de encontrar soluciones para salir adelante en medio de las más difíciles coyunturas. El contexto en que se desenvuelve la economía del país es una de ellas, y constituye el momento más propicio para hacer valer el artículo 20 de la Constitución de la República que les otorga el derecho de participar en los procesos de planificación, regulación, gestión y control de la economía.
Mientras en otras naciones del orbe estos transcurren “a espaldas, y muchas veces en contra de las masas laboriosas, aquí se les concede voz y voto en la discusión del plan y el presupuesto de la economía, un ejercicio que se realiza todos los años desde hace algún tiempo y se ha ido perfeccionando aunque todavía le falta bastante por mejorar. El proceso se ha concluido pero no está de más precisar algunas cuestiones a tener en cuenta para el futuro.
Las administraciones deben perder el temor a que salgan a relucir las deficiencias, que como bien se ha reiterado no se relacionan solo con el bloqueo impuesto por EE. UU., y estar abiertas a los criterios del colectivo.
En cuanto a los dirigentes sindicales vale recordar, en este año que se cumple medio siglo del histórico XIII Congreso, el papel que les atribuyó Lázaro Peña: “Nuestros sindicatos tienen que ejercer una función de contraparte con nuestra administración (…). La administración enfoca las cosas con carácter administrativo, nosotros tenemos que enfocarla con carácter sindical (…) pero al actuar no olvidemos que no es la administración de los patronos, que es nuestra administración, hay también que cooperar con nuestra administración, ayudarla a superar sus debilidades y errores”.
Por ello a la organización sindical le toca prepararse previamente para ser capaces de precisar en la reunión conceptos que no queden claros, disipar las dudas, en pocas palabras recuperar la habilidad de discutir de tú a tú con los directivos de las empresas, de modo que los trabajadores reconozcan la autoridad sindical y se satisfaga su misión de representar no solo a los afiliados sino a los trabajadores en general, ya que la construcción de la sociedad se hace entre todos.
Lograrlo no resulta fácil teniendo en cuenta que las filas sindicales se han estado renovando con cuadros jóvenes sin la suficiente experiencia, es por tanto un desafío a vencer.
Hay que evitar que los trabajadores al ser convocados tengan la sensación de que van a ser testigos de lo mismo que les han dicho en anteriores ocasiones, porque las condiciones en el entorno laboral se han ido transformando y reclaman un análisis todavía más inteligente, creativo e innovador. De ahí la importancia de que los participantes conozcan previamente los asuntos que se van a abordar, acudan con la confianza de que sus preocupaciones van a tener un espacio en la discusión y que sus opiniones van a ser tenidas en cuenta.
Es cierto que en las circunstancias que vive el país, hablar de planificación es difícil dada la inseguridad en el suministro de materias primas y combustibles y la obsolescencia tecnológica, pero es imposible mirar hacia el futuro inmediato o a mayor alcance sin tener un pensamiento previsor y disponer de alternativas ante las dificultades actuales y las que puedan presentarse.
Ulises Guilarte De Nacimiento, miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, CTC, señaló en una reunión con dirigentes sindicales que una economía en crisis como la cubana es preciso cambiar el enfoque e interpretación de los problemas para convertir la CTC en una organización más aportadora. “No podemos seguir lamentándonos por los recursos de los que carecemos, hay que focalizar las discusiones en las potencialidades, en qué más se puede hacer con la materia prima a mano, y luego innovar y aplicar la ciencia y la técnica para sacar provecho de las oportunidades”.
No resulta fácil, pero es sin duda la fórmula para avanzar.
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En Villa Clara se demostró la utilidad de las asambleas de presentación y discusión del plan y el presupuesto del año 2023 en los colectivos laborales. Según los criterios expuestos por los integrantes del Secretariado Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en el análisis final del tema, este proceso resultó un ejercicio de participación real, dio impulso a las metas pactadas para el primer trimestre del presente año en la provincia, posibilitó la solución de diferentes asuntos a partir de las ideas planteadas por los trabajadores en estos encuentros y se logró incentivar en muchas entidades la incorporación de la ciencia como pilar para el desarrollo. [spoiler title=»Seguir leyendo» open=»no»]
En efecto, los datos hablan del interés de los trabajadores por participar. Las asambleas se realizaron en todas las secciones sindicales con una buena asistencia, los cambios en el cronograma fueron en extremo justificados y en todos los casos se evaluaron los planteamientos pendientes.
Lo más importante: se computaron más de 4 mil 533 opiniones, ideas y sugerencias, las cuales versaron en su mayoría sobre dificultades con el salario y la distribución de utilidades, el presupuesto de ropa y calzado, los altos precios de los insumos, la falta de materias primas y la poca utilización de las capacidades productivas.
No obstante, la dirección de la CTC en el territorio consideró que la preparación de los dirigentes sindicales y de los propios trabajadores para asumir los retos y enfrentar las discusiones, debe ser mejor.
Más allá de listar dificultades, causas y consecuencias de estas, se buscaron alternativas. Por ejemplo, a partir de la discusión en la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud) y en la Empresa Textil Sarex se decidió otorgarles a ambas financiamientos en moneda libremente convertible (MLC) para llevar a cabo ideas expuestas por los trabajadores de esos colectivos.
Otros resultados se evidenciaron en la Empresa Provincial de Materias Primas donde se valoró la posibilidad de elaborar vigas plásticas con elementos reciclables; se logró el encadenamiento de varias panaderías, que estaban sin ser utilizadas por falta de insumos, con el sector no estatal, lo que generó empleo y evitó interrupciones laborales.
Se han entregado tierras a múltiples colectivos laborales para que produzcan alimentos lo que beneficia el autoabastecimiento; hubo propuestas de cambio de estructura en algunas entidades para que sea más factible el proceso productivo, y es significativo el aporte de la Anir, por ejemplo, en la empresa Abel Santamaría que pudo haber cesado en esta contienda, en cambio los aniristas hicieron una adaptación en el central para poder elaborar melaza.
Entre las sugerencias estuvieron la aprobación de precios máximos a productos de alta demanda; que los productores agrícolas, como personas naturales, puedan importar insumos, tecnologías, equipos y medios de trabajo; el reclamo de la aprobación de la Ley de Empresa con el propósito de que la empresa estatal socialista esté en igualdad con los nuevos actores económicos; evaluar la escala salarial de varias entidades, en particular las que producen para la exportación; y crear un acápite en las utilidades para atender trabajadores vulnerables, entre otros asuntos.
Fue este un proceso franco, abierto, una discusión transparente y fructífera, que tuvo como objetivo producir más y con calidad, no dejarse vencer por las limitaciones, crear mayores bienes y servicios a partir de la explotación de las reservas existentes en cada lugar, de manera tal de impulsar entre todos nuestro modelo económico socialista.
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No basta con que un derecho se plasme en documentos, hay que lograr que los protagonistas puedan y deseen ejercerlo.[spoiler title=»Seguir leyendo» open=»no»]
Así ocurre con las definiciones respecto a la participación de los trabajadores en los procesos de planificación, regulación, gestión y control de la economía, respaldada por documentos rectores como la Constitución de la República, el Código de Trabajo y la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista.
El primer trimestre del año fue testigo del proceso político de presentación, discusión y análisis en los colectivos laborales del plan de la economía y el presupuesto aprobados para el año 2023, una ocasión propicia para el ejercicio en la práctica de ese derecho.
El desafío es lograr la participación consciente de los trabajadores, continuar implicándolos en la planificación y fomentar su cultura económica, jurídica y de productor.
En un análisis del Secretariado Nacional de la CTC salieron a relucir problemas que persisten e influyen en sus resultados.
Uno de ellos fue la deficiente planificación de las asambleas a partir del cronograma elaborado, lo que se manifestó en reiterados cambios de fecha, reveladores de falta de coordinación con las direcciones administrativas y conspiró en determinados casos contra una adecuada participación tanto de los cuadros sindicales y administrativos como de los trabajadores.
Hay entidades que sus planes tienen muchas reservas y que después sobrecumplen excesivamente las ventas y utilidades; otras que planifican un alto nivel de fuerza de trabajo, luego no cubren las plazas y se origina un crecimiento ficticio de la productividad.
Este ejercicio participativo y democrático ha demostrado su validez, permitió construir consensos sobre las reservas logísticas y organizativas que propician recuperar capacidades productivas, encadenarse con otros actores económicos, potenciar nuevos renglones exportables de bienes y servicios y aquellos que sustituyen importaciones, además del fomento de áreas de autoabastecimiento para la producción de alimentos.
No obstante, aunque en menor medida, todavía se imponen decisiones administrativas y subvaloran las propuestas de los trabajadores, asunto a resolver para el cumplimiento del objetivo, nos hemos planteado democratizar la práctica y la acción sindical, dirigidas a potenciar el debate y los aportes en la asamblea general de afiliados y trabajadores, reforzar el control de su realización y vincular a esta los principales cuadros.
El proceso nos señaló la necesidad de un mayor rigor y exigencia a las direcciones administrativas en las rendiciones de cuenta, lograr que el ejercicio de dirección de las entidades sea totalmente colectivo y que los trabajadores participen en toma de decisiones.
Las experiencias recogidas nos demuestran cuánto más podemos hacer en este sentido ya que la participación aún es insuficiente y en ocasiones formal.
Corresponde ahora evaluar los resultados del proceso en cada nivel de dirección del movimiento sindical de conjunto con los Organismos de Administración Central del Estado (Oace), las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (Osde) y del gobierno en cada nivel, dar respuestas a los planteamientos e implementar las propuestas, así como mantener la vinculación y participación en las asambleas, con prioridad en las entidades de mayor impacto económico y social y las que tienen pérdidas.
*Miembro del Secretariado Nacional de la CTC
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Algunas propuestas de los trabajadores
Durante el proceso de discusión y análisis en los colectivos laborales del plan y el presupuesto de la economía surgieron numerosas recomendaciones, presentamos una selección a nuestros lectores… Ver más
[box title=»DEL LECTOR ::::::::::::::::::::::::::::::::::………………… CON LA LEY ::::::::::::::::::::::::::::::::::………………… PORTAFOLIO» box_color=»#fddba6″ title_color=»#fffff»]
[accordion][spoiler title=»Dos caras de la misma moneda» open=»yes» style=»default» icon=»plus» anchor=»» class=»»]Separata de Economía. Descargar PDF: https://www.trabajadores.cu/wp-content/uploads/2023/05/Separata-de-Economia-29-de-mayo-del-2023.pdf