No leyó mal. El refrán está parodiado con intención. La 62 Serie Nacional de Béisbol entra desde el martes en su último tercio (25 desafíos finales) y tres temas ameritan ser cortés y valiente para analizarlo con todas las aristas y tomar las decisiones que así correspondan sin tanto trauma o rodeos.
El primero está relacionado con los posibles ocho clasificados y el buen paso sostenido por Santiago de Cuba, Mayabeque y Artemisa, que han estado entre los punteros desde la primera subserie. De las avispas indómitas resalta el mejor pitcheo del campeonato cuando su producción ofensiva no ha sido la más aterradora, pero suficiente para ser el primer conjunto con 30 éxitos.
En el caso de los huracanes mayabequenses, por segundo año consecutivo su mentor Michael Rodríguez demuestra que conducir a hombres como Dennis Laza, Yasniel González, Alexander Pozo y compañía le merece ya un podio; mientras los artemiseños del debutante Yulieski González andan desconocidos con el madero (337 de average y 351 anotadas) y su retorno a los play off es cuestión de tiempo.
El segundo tema está relacionado con la utilización de la pelota Batos que desde hacer varias subseries ha vuelto a nuestros terrenos, tras la espera del segundo envío contratado a la firma TeamMate. Debemos aclarar que esta Batos no es echa en Cuba, sino adquiridas a un proveedor en el exterior que accedió ponerle ese nombre. ¿Es igual, mejor o peor el bote de esta esférica?
Los números no reflejan grandes diferencias y dada la situación económica que vive el país (de la cual el Inder no escapa) parece haber sido una solución de emergencia para no detener el certamen. No obstante, una vez más se revela poca seriedad en el cumplimiento del contrato por parte de la TeamMate, que hace solo unos meses provocó retrasos en la Liga Élite al no entregar a tiempo los uniformes y demás implementos.
Volvamos al refrán. Hay que ser cortés con estos suministradores para agradecerles apostar por nosotros, pero también valientes para exigirles en tiempo y forma lo contratado. Todo lo demás, suena a justificaciones, de las cuales estamos llenos y sabe a humo.
El tercer tema no por ser un caso puntual deja de ser importante y estratégico para la Serie Nacional y el béisbol cubano en general. El otrora industrialista Yasmani Tomás ha solicitado poder jugar de nuevo con el equipo azul y está pendiente de aprobación por las autoridades. ¿Se incumple algo de lo establecido? ¿Qué puede significar una aprobación como esta? ¿Somos o no consecuentes con la apertura que hicimos para el Clásico Mundial?
Es cierto que al propio jugador Tomás no se le convocó a esa lid cuando muchos pensábamos que podía estar, pero el principio ahora debe ser el mismo. Sumar a todos nuestros peloteros, que sin abandonar delegaciones o estar involucrado en acciones o planes terroristas, deseen volver a jugar en nuestros clásicos con sus equipos o provincias.
Hay bastante talento regado por el Caribe, Europa y Asia, que andan sin contratos profesionales o simplemente ya pasaron sus mejores años y desearían jugar aquí. La lista es bastante abultada, aunque ahora solo hablemos de un caso. La afición y la propia Serie Nacional lo agradecerían sobremanera, pues darán espectáculo. Lo cortés y lo valiente es hacerlo. Cambiar es un verbo no para modelaje, sino para acciones.