El canotaje cubano volvió a dejar una buena actuación en la Copa del Mundo de Szeged, Hungría, la pasada semana con la consecución de tres medallas, una de cada color, lo cual le sirvió para ubicarse en el lugar doce de la tabla de medallas. Los locales húngaros (4 oros-2 platas-5 bronces) dominaron el medallero, seguidos por las delegaciones de España (3-3-1) y Rumanía (3-0-0).
La guantanamera Yarisiledis Cirilo se colgó preseas de oro (C1-200 a metros) y bronce (C1-500 m) y se ratificó como una de las mejores atletas de Cuba. Tras estos resultados, la campeona Mundial de Halifax conversó con Trabajadores sobre su actuación, el cambio de compañera de bote en la canoa biplaza y las expectativas para un año cargado de competencias.
«Tuvimos una preparación muy buena, aunque no fue específicamente para esa Copa, pues nos hemos planificado con vistas a los Juegos Centroamericanos, el Mundial, que es clasificatorio para los Juegos Olímpicos, y los Juegos Panamericanos.
«En Szeged lo principal era competir bien, disfrutar el evento y sobre todo conseguir el resultado que siempre esperamos», explicó Cirilo.
En la lid efectuada en Hungría, la piragüista tuvo que afrontar nuevos retos: por primera vez en mucho tiempo no compartiría bote con Katherin Nuevo y en lo individual se probaría en una distancia en la que solo había incursionado en una ocasión.
«Katherin causó baja del equipo nacional y tuvieron que encontrarme una nueva pareja. Todavía nos falta compenetrarnos más, porque el C2 necesita mucho entrenamiento, sincronización y estamos trabajando en eso. Toma tiempo conocernos, debemos mejorar muchísimo la técnica porque es algo que nos afecta en las competencias.
«Desde el punto de vista individual me sentí bien preparada, fuerte y segura. En ningún momento me confié, solo que sí tenía la seguridad del entrenamiento que había hecho previamente.
“En los 500 metros, para ser la primera vez en un nivel de mayores, fue una experiencia muy importante, porque así me sigo preparando, veo qué me falta y puedo evolucionar. Como atleta esperaba más. No es que me haya conformado, pero estoy contenta con el resultado de esta distancia. Solo había competido en el C1-500 m en el Mundial Juvenil que se celebró en el 2019. Era un nivel inferior a este”, comenta la antillana, que sí logró imponerse en la canoa monoplaza a 200 metros.
En esa regata, con crono de 45.99, superó a rivales de muy buen nivel como la multimedallista mundial canadiense Katie Vincent (46.10) y la subcampeona del orbe española Antía Jácome (46.83), entre otras.
«Mientras, en los 200 tuve sensaciones positivas y lo que me queda es continuar el trabajo para cumplir la metas. Anhelo ganar el Mundial».
Con París 2024 entre ceja y ceja, Cirilo es consciente de la importancia de la entrega diaria, de competir contra ella misma y lograr su mejor versión para clasificarse a la cita en la ciudad de la luz.
«Las expectativas están muy arriba. No te voy a decir que estaré trabajando un año entero para no hacer nada en un evento. Me encuentro muy emocionada porque sé que me estoy preparando correctamente y eso me da confianza para una vez que llegue la competencia saber lo que puedo hacer y estar segura de que es posible lograrlo».
Aunque el calendario competitivo anuncia la próxima Copa del Mundo en Poznan, Polonia, a finales de este mes, los canoístas cubanos ya se encuentran en tierras colombianas como parte de la preparación con vistas a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023, primero de los grandes retos que afrontará la disciplina en el actual año.
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