Doha.- Desde hace varios días Iván Silva andaba seguro que hoy 11 de mayo casi toda la delegación cubana estaría hasta la jornada nocturna para verlo pelear una medalla. Así ha sucedido en los últimos cuatro campeonatos mundiales de judo donde después de la plata de Bakú 2018 archiva un séptimo en 2019 y par de quintos lugares en 2022 y ahora en 2023.
El matancero rindió otra jornada en que la preparación física resultó vital para todas las embestidas, pues de cinco peleas celebradas, cuatro se extendieron a regla de oro, algo no muy habitual en esta división de 90 kilogramos. Y lo reconoció tras discutir el bronce ante el japonés Sanshiro Murao. “Tuve que trabajar mucho en movimiento y trabajar los agarres y eso me pasó factura al final”.
Claro que lo más importante no está en las gotas de sudor que corrieron en cada pelea excedida del tiempo reglamentario (4 minutos), sino en ese derroche de seguridad y buen judo que regaló. Ni siquiera lo más trascendente fue esa última fuerza en los brazos que no llegó para vencer al italiano Christian Parlati en cuartos de final o desquitarse del japonés en la discusión del bronce.
Lo imprescindible a resaltar es que «silvó» bien alto sus propósitos en este ciclo olímpico. Acumuló puntos para el ranking olímpico y nos dejó esa imagen siempre fiel de caer como un buen guerrero, por demás lo más sobresaliente hasta hoy de un judoca nacional en esta lid del orbe.
“Lo siento. Di lo mejor de mí y sé que a muchos les dolerá esta derrota por el bronce, pero nunca más que a mí. Les pido que sigan apoyando al resto de mis compañeros que aún no han competido. Ellos saldrán a buscar lo que tuve cerca”, dijo en exclusiva, como si no fuéramos nosotros y sus seguidores los que agradecemos tanta pasión y entrega a un deporte.
Iván quedó bye en la primera ronda y obtuvo su primer éxito ante el francés Maxime Gael Ngayap en una pelea muy técnica, al punto de dominar a su rival por acumulación de shidos tras 7:13 minutos de duro forcejeo sobre el tatami,
La segunda presentación también se extendió a tiempo extra y cuando el reloj enseñaba 7:47 de combate, Silva le marcó un wazari claro y limpio al azerbaijano Murad Fatiyed, para zafarse del abrazo a dos shidos que peligraba su estancia en la competencia. Ya en cuarto de final, el italiano Christian Parlati, oro mundial juvenil del 2018 y plata el pasado año en la categoría elite, le sacó rápidamente dos amonestaciones y la táctica del antillano cambió, lo cual aprovechó con más eficiencia su adversario para vencerlo con dos wazaris.
Tras la expulsión de su entrenador Julio Alderete por darle una orientación a Silva después que el árbitro principal dice Hajime (algo que está prohibido por la Federación Internacional), Yordanis Arencibia asumió las riendas de dirigirlo en las dos últimas peleas. En la primera, tomó revancha de dos fracasos anteriores con el holandés Noel Vant End, titular del orbe del 2019, pero otra vez necesitó más de cuatro minutos del tiempo reglamentado para vencerlo hasta que lo hizo por tres amonestaciones al europeo, quien se dedicó más a defender y esperar un error de Silva que a atacar.
Con este quinto lugar de Silva y el revés de la joven Idelannis Gómez por técnica de inmovilización ante la eslovena Anka Pogacnik, tercera del ranking mundial, solo les quedan tres nombres a Cuba para no salir de esta ciudad sin subir al podio: Liester Cardona (100 kg este viernes) y nuestros titulares mundiales Andy Granda (+ 100 kg) e Idalis Ortiz (+ 78 kg).
Aplausos para Iván Silva. Es de los judocas más respetados y valientes que conoce Cuba, América y que siempre pueden disfrutar los seguidores de esta disciplina en el mundo.